Cómo afecta la operación a los accionistas
Las acciones de CaixaBank y Banca Cívica se encuentran suspendidas de negociación, a la espera de que los consejos de administración de ambas entidades sellen la fusión y desvelen las condiciones de la operación, previsiblemente tras el cierre hoy de los mercados. Todo apunta a que el precio que ofrecerá la entidad catalana resultará inferior a los 2,2 euros por título de Cívica.
Los 79.000 inversores particulares con acciones de Banca Cívica afrontan un panorama sombrío, a la espera de que CaixaBank desvele su oferta formal por Banca Cívica. Se prevé que la ecuación de canje que ofrezca la catalana para absorber a su rival y convertirse en la primera entidad por activos en España resulte inferior a los 2,2 euros a los que cerraron las acciones de Banca Cívica el pasado viernes.
El sufrimiento aumenta así para los particulares que compraron títulos de Banca Cívica (resultado de la unión de Cajasol, Caja Navarra, CajaCanarias y Caja de Burgos) el pasado julio cuando debutó en Bolsa. Entonces 60.000 minoritarios se hicieron con títulos de la entidad a razón de 2,7 euros por acción. Hoy los pequeños accionistas alcanzan ya los 79.000, el precio de la acción está en 2,2 euros y las perspectivas para el valor se complican a pesar de que acumula un castigo del 17,7% desde su estreno en Bolsa.
El viernes, ante la inminencia del acuerdo con CaixaBank, los títulos de Banca Cívica cayeron un 6,33%, hasta los 2,22 euros, lo que implica una valoración de 0,38 veces su valor en libros. El problema es que en el mercado se espera que la oferta formal de la catalana sea incluso inferior pues todo indica que la operación se cerrará sin ayudas públicas. CaixaBank, además, asumirá la deuda de casi 1.000 millones de Banca Cívica con el FROB.
CaixaBank, con una capitalización de 12.077 millones es de tamaño muy superior a Cívica, con un valor de mercado de 1.103 millones. Eso sí, al tratarse de una operación de canje, las condiciones finales de la oferta también dependerán de la valoración que haga CaixaBank de sí misma, pues no hay que olvidar que cuando debutó en el mercado en julio salió a cotizar a 0,8 veces valor en libros y hoy debido al castigo que acumula su valoración ronda las 0,6 veces.
Los accionistas de Cívica afrontan un corto plazo complicado. El fuerte descuento con el que debutó la entidad en verano, del orden del 60% respecto a su valor en libros, no ha sido suficiente para atraer inversores en un momento delicado para el sector, presionado por las crecientes exigencias de capital de los reguladores, el deterioro de los activos inmobiliarios y las malas perspectivas del negocio bancario en un entorno de debilidad económica. De hecho, desde que salió a Bolsa la acción no ha conseguido cerrar ni una sola sesión por encima de los 2,7 euros con los que comenzó a cotizar en el mercado.
No todo son malas noticias. La entidad resultante de la fusión se convertirá en líder en el sector, un punto a favor para sus accionistas por las mejores perspectivas para el negocio y el dividendo. En cualquier caso, el tiempo ayudará a ver si efectivamente la fusión reporta sinergias que terminen beneficiado al valor a largo plazo.
Los actuales accionistas de Caixabank, por otra parte, también afrontan un momento cargado de interrogantes. En principio, la fusión, al no contar con ayudas públicas deja una importante duda pues se desconoce si la entidad catalana acabará viéndose forzada a ampliar capital, algo en principio perjudicial para los accionistas actuales que ya van a ver diluida su participación actual con la fusión. Después la clave será ver si la operación aporta o no valor a la entidad.
El viernes, los títulos de Caixabank cerraron en 3,145 euros, lo que implica que acumula un castigo del 30,5% desde el pasado uno de julio cuando empezaron a cotizar. En pocas horas se conocerá el primer veredicto del mercado.