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Luis Bach

El hombre de confianza

CEO y presidente de Orangina-Schweppes, este barcelonés, de 56 años, será el primer no oriental en ocupar una silla en el consejo de la centenaria matriz japonesa.

El hombre de confianza
El hombre de confianza

La trayectoria profesional de Luis Bach siempre ha estado ligada a la bebida. Pero no en el sentido perverso de la expresión. Este barcelonés, de 56 años, se ha convertido en el primer occidental en entrar a formar parte del consejo de administración de Suntory, el gigante japonés de la producción de bebidas que en 2011 registró unos ingresos netos superiores a 565 millones de dólares y unos activos superiores a los 15.000 millones, siendo, además de una de las principales compañías del sector, una de las más antiguas, toda vez que su fundación data del año 1899. Por tanto, 103 años han tenido que pasar para que un no oriental forme parte de su equipo directivo. Y además, español.

Un hecho que no puede achacarse a la casualidad. Bach ha dedicado más de 30 años de profesión al sector de la gran distribución de bebidas, la mayor parte de ellos dentro de Bacardi, que en 1993 se integró con Martini-Rossi, formando el grupo Bacardi-Martini. Allí llegó a ser director regional para el norte de Europa, Oriente Próximo y África. Y es que si algo destaca de la trayectoria de Bach es su capacidad para desarrollarla allí donde es necesario, ya sea en Europa como en Latinoamérica, África o Asia, zonas en las que ha tenido que desempeñar su tarea. Le ayuda, como no podía ser de otra forma, manejar con fluidez hasta seis idiomas. Esa experiencia y versatilidad, además de poseer una titulación MBA por la Esade Business School, le valió la confianza de los fondos de inversión Blackstone y Lion Capital para hacer resurgir al grupo francés Orangina-Schweppes, nacido de la fusión de Orangina-Pampryl, perteneciente a Pernaud Ricard, y Schweppes, ligada entonces a Cadbury. Fue a finales de 2007 cuando Bach se incorporó a la compañía como principal responsable ejecutivo. Y, sin duda, hizo bien su trabajo, ya que solo dos años después los dueños de la compañía la vendían a Suntory por unos 2.500 millones de euros, frente a los 1.800 que desembolsaron en 2006. Durante ese periodo, con el ejecutivo español al frente la mayor parte del mismo, Orangina-Schweppes pasó de una cifra de negocios de 800 millones a superar el millar.

Pero Bach se resta importancia. En alguna entrevista ha confesado que "nunca lo hubiera hecho sin mi equipo", elegido por él mismo y formado en su mayoría por antiguos compañeros de Bacardi. Alguno de ellos destaca su vitalidad y franqueza a la hora de afrontar el trabajo. Con estos homogeneizó la estructura de la compañía en los países donde está presente, siguió una estrategia de expansión y de mayor posicionamiento comercial, aumentando la inversión en publicidad.

Una tarea que Luis Bach desarrolla desde Barcelona, pese a que la sede central del grupo esté en París, adonde se desplaza habitualmente. Y desde que la compañía pasó a manos japonesas, sus constantes desplazamientos han añadido un nuevo destino: Tokio. Allí tiene que analizar la evolución del negocio con los mandamases nipones. Y allí ha sido donde se ha ganado su confianza y adonde, a partir de ahora, tendrá que desplazarse más a menudo como nuevo miembro del consejo de administración. Como consejero, su desempeño consistirá en "participar activamente en el desarrollo del grupo y en su estrategia de globalización", según explica la empresa.

Pero este nuevo cargo no es lo único que ha cambiado para este amante de la ópera y de la tónica, eso sí, siempre que venga de una botella de Schweppes. El nombramiento ha venido acompañado de su designación como presidente del grupo Orangina-Schweppes, que se añade a su cargo actual de consejero delegado.

Bach no es un hombre al que pueda afectar la acumulación de responsabilidades. Entre 2009 y 2011 también fue el presidente de Unesda, la patronal de los fabricantes europeos de bebidas refrescantes, de la que ahora es vicepresidente. El poco tiempo libre que le pueda quedar seguramente lo disfruta con la compañía de su esposa y sus dos hijos, practicando algunas de sus actividades favoritas, como el esquí o el buceo.

Aunque poco tiempo para el ocio le dejará su nuevo papel en Suntory, que para este año quiere aumentar sus ventas netas en un 3,5%. Para ello Bach pondrá otro granito de arena más, haciendo gala de lo que le ha definido durante su exitosa y larga carrera: discreción, dedicación y trabajo en equipo.

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