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El España Italia, aún en empate

El año pasado, allá por julio y agosto, cuando Berlusconi remoloneaba con los recortes de gasto antes de ser ajusticiado por el BCE, España superó a Italia. Creíamos entonces revivir el penalti transformado por Cesc Fàbregas en la tanda de cuartos de la Eurocopa (cuando la selección eliminó a Italia y des despojó de sus fantasmas como paso previo a ganar Eurocopa y Mundial). Nos equivocamos. El partido no ha terminado y seguimos en el ojo del huracán. Sirva como ejemplo que hoy el FT nos dedica la portada con el peregrino argumento de que el bono ha subido del 5,5%.

Ahora, tampoco pensemos que los italianos nos están goleando. El partido está, más bien, en un empate. En la deuda a 10 años, el diferencial entre España e Italia ha crecido hasta rondar los 40 puntos básicos. Mala noticia. Pero en los plazos cortos seguimos a la par. Aquí el gráfico. La deuda de España tradicionalmente cotizaba más cara que la de Italia pese a tener mejor rating (trazo rojo en el gráfico) hasta que en otoño el foco del mercado se centró en Roma (trazo verde, cuando la deuda italiana es más cara). La situación ya se ha revertido y, aunque en los últimos días Italia volvió a diferenciarse de España, a día de hoy las dos deudas cotizan en el 2,5%.

En el plazo de cinco años la situación también está empatada ¿Qué quiere decir esto? Que en plazos medios el mercado no ve en España más riesgo de quiebra que en España. Y es significativo. En dos años se puede argumentar que los tipos se han acercado gracias al dinero del BCE (prestado a tres años) a la banca, que a su vez ha comprado bonos del Estado. Pero en cinco años el efecto es menor, y a este plazo los tipos están también parejos, en el entorno del 4,2%.

No es que sea demasiado tranquilizador. Con el bono en el 5,5% no tenemos demasiado margen de maniobra, especialmente si el mercado (entendido éste como operadores, analistas y medios especializados) insiste en señalar a España como en las últimas jornadas. Pero no ser los únicos señalados ayuda a disipar la presión política y hace más verosímiles las medidas a nivel europeo. Es, de hecho, lo que sucedió con la subasta del BCE a tres años.

Con todo, las cifras y los problemas de los dos países son diferentes. Italia tiene las cuentas más cuadradas y su situación económica no es tan grave (aunque casi). España tiene un déficit desbocado y afronta una dura recesión que se verá agravada por el ajuste exigido desde Bruselas. Por el contrario, la deuda en Italia es muy superior a la española, tiene vencimientos mucho más exigentes y, por ello, es muy sensible a la subida de los tipos de interés.

Por esto, el mayor problema de España no es la prima de riesgo, sino que al cuadrar un presupuesto que cumpla con los objetivos (o no se desvíe demasiado) las perspectivas de crecimiento, que ya son pésimas, irán a peor. Es recomendable la entrada de Nada es Gratis sobre el efecto de la restricción del gasto público en la economía. Por resumir, los recortes de gasto agravan la recesión y esto provoca, por un lado, menores ingresos fiscales y, por otro, nuevos costes (seguros de paro, menos cotizaciones...). "Si queremos reducir el déficit del 8.51% al 5.3%, no hay que reducir el gasto en 32.000 millones, hay que reducirlo en unos 53.000~64.000 millones". 

Pues eso, que al menos hoy no es tan importante la prima de riesgo, y menos el diferencial con Italia. Lo importante es cómo saldrá España del ajuste que se está preparando en los despachos de Hacienda.

Música contra la crisis. Adriano Celentano, Azurro. Ojito a la camisa.

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