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Los trileros de Bruselas se ceban con Rajoy

El primer truco de los peligrosos trileros fue amontonar el puesto del BCE (ocupado hasta el 31 de mayo por José Manuel González Páramo) junto a otros cargos en liza, cuando hasta ahora nadie había discutido que la plaza sería para un español. Se mencionó, en concreto, la presidencia del BERD (Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo) o la presidencia del futuro fondo de rescate de la zona euro (MEDE).

Cualquier jugador avisado se hubiera percatado enseguida de que no son bazas comparables. Una de ellas ni siquiera depende del todo de la UE (el BERD) y la otra es de un rango político muy inferior (el MEDE). Pero lo importante era distraer a la víctima para que fuese olvidándose de su asiento en el BCE, donde Berlín, París y Roma acaban de garantizarse una plaza al menos hasta 2020.

A continuación interviene el segundo cebo, con promesas que podrían compensar tan sensible pérdida. ¿Por qué no dar a España la presidencia del Eurogrupo, esa reunión mensual e informal de los ministros de Economía de la zona euro? El puesto es goloso aunque ha perdido enteros desde la reciente creación del Eurogrupo de Jefes de Gobierno, presidido por el belga Herman Van Rompuy.

La carambola sería un consuelo por la pérdida del puesto casi permanente en el sanedrín del BCE, donde parece que un luxemburgués desplazará al candidato español. Pero la presidencia del Eurogrupo suele ser más corta (dos años y medio frente a los ocho en Fráncfort). Y además, se trata de un cargo ligado a la persona, es decir, que España podría perderlo tan pronto como cambie de titular de Economía.

Con todo, el gran peligro de los trileros está en sus últimos movimientos. Fuentes comunitarias señalan que el puesto del BERD ya no entra en el reparto. El del MEDE podría ser para él alemán que preside el actual fondo (Klaus Regling). ¿Y el eurogrupo? En Bruselas no se descarta que en junio, cuando un luxemburgués (Yves Mersch) haya sustituido a González Páramo, se decida prolongar de nuevo el mandato de Jean-Claude Juncker.

Una fuga hacia adelante muy al estilo comunitario que dejaría al pequeño Gran Ducado de Luxemburgo (400.000 habitantes) con dos puestos importantes... y a España atónita ante unos embaucadores que recogen sus cartas a toda prisa y se marchan a buscar a otro incauto.

Foto: Bruselas, mayo de 2010 (B. dM.).

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