Hay que crear valor social
La crisis actual ha llevado a un récord de desocupación, unos 200 millones de personas según la OIT. Se redoblan, así, los llamamientos que exigen innovar en responsabilidad social corporativa (RSC). Y es preciso no bajar la apuesta, sino subirla, porque es más necesaria que nunca. Al abrir Davos 2012, su fundador, Schwab, enfatizó: "No hemos sabido aprender de las lecciones de la crisis de 2009. Urge, pues, una transformación global y debe comenzar aplicando un nuevo sentido de responsabilidad social".
Ese nuevo sentido tiene que ver con la llamada de Porter y Kramer (Harvard Business Review) a producir "valor compartido". Generar, en el mismo proceso de producir, valor económico; valor social. Para ello "se necesitan líderes y gerentes que desarrollen nuevo conocimiento, como una más profunda apreciación de las necesidades sociales y la habilidad de colaborar más allá de las barreras entre organizaciones con o sin fines de lucro".
Entre otros ejemplos recientes, un empresario prominente de informática en India, Nandan Nikelani, se planteó cómo ayudar a solucionar un problema clave: la falta de documentos de identidad que aqueja a millones de hindúes pobres. Sin identidad no tienen derecho a nada, no pueden ser candidatos de programas sociales, sus niños tendrán grandes dificultades para ingresar en escuelas, no pueden ser titulares de ninguna forma de propiedad o no pueden casarse. Reunió, así, una masa crítica de especialistas en informática, algunos de Silicon Valley, para buscar una solución no tradicional. Elaboraron un programa que otorga documentos de identidad a partir de registrar el iris de los ojos y se está extendiendo ya en India.
En Nigeria, un empresario exitoso, Isaac Durojaiye, usó sus capacidades schumpeterianas al problema de la falta de instalaciones sanitarias. Esto produce una elevación sustancial de los riesgos de enfermedades serias de los niños y de la mortalidad infantil. Creó la empresa Baños Móviles Dignos, que fabrica baños, los cuales se colocan en lugares muy visitados por la gente (estaciones de autobús o mercados). Entregó franquicias para su atención a jóvenes desocupados que los mantienen, cobran un costo muy bajo y se quedan con el 60% de las ganancias.
Cuanto más se haga por impulsar la RSC, mayores serán las posibilidades de que crezca la generación de valores sociales como estos. Entre otros empresarios preocupados, el presidente de Acción RSE de Chile propone reforzar la formación en RSC en las universidades y crear una agencia del Gobierno para promover los valores que lleva la RSC. La crisis debe estimular la reimaginación de nuevas formas para generar valor social.