El Gobierno otorga a Economía los viejos poderes del Servicio de la Competencia
El Gobierno aprobará hoy la fusión de los reguladores sectoriales (CNE y CMT) con Competencia (CNC) en un todopoderoso organismo que contará con 10 consejeros y un presidente. En el esquema, la autoridad de la competencia perderá poder en favor de Economía, pues se recuperará la antigua función de investigación de los Servicios de Competencia.
La reforma de los órganos reguladores sectoriales, esencialmente, la Comisión Nacional de la Energía (CNE), con la autoridad de la Competencia (CNC), que aprobará hoy el Consejo de Ministros, va a recuperar el arcaico esquema en el que el Ministerio de Economía tenía poderes en la investigación contra la libre competencia: el llamado Servicio de la Competencia (en realidad, una dirección general) que reportaba expedientes al extinto Tribunal de Defensa de la Competencia (TDC).
Según fuentes próximas al Ejecutivo, mediante un nuevo real decreto-ley, que modifica, entre otras, a la Ley de Economía Sostenible aprobada el año pasado, el Gobierno de Mariano Rajoy va a crear un único organismo multisectorial denominado Comisión Nacional de Mercados y Competencia, que integrará a la CNE, la CMT y la Comisión del Sector Postal, así como otros tres organismos creados el año pasado pero que aún no existen (son los reguladores ferroviario, aeroportuario y audiovisual). Todos ellos funcionarán como direcciones generales (se crearán cuatro) dependientes de la citada Comisión.
Sin embargo, el nuevo organismo tampoco tendrá que ver con la actual CNC, que cuenta con una potente dirección general de investigación (los servicios técnicos) que tanto temor despierta entre las empresas. Según las mismas fuentes, esta labor de investigación y la apertura de expedientes volverá a Economía, recreándose así el viejo esquema en el que el TDC resolvía a propuesta y discreción de los Servicios.
Por tanto, el consejo de la nueva Comisión Nacional de Mercados y Competencia resolvería sobre cuestiones regulatorias a propuesta de las direcciones sectoriales y sobre las relacionadas con competencia a propuesta del Ministerio de Economía.
Este esquema, que es el que circulaba hasta ayer, habría tranquilizado a las empresas, que han sido muy críticas con labor de la CNC.
Sin embargo, choca con el objetivo de dotar a los reguladores de más independencia, tanto del poder político como el empresarial, tal como figura en el informe del Ministerio de Presidencia que ha servido de base para la reforma. Esta también se ha justificado en la necesidad de ahorrar costes y aprovechar sinergias: el número de consejeros pasará de medio centenar a 10, informa Europa Press. Sin embargo, la estructura de estos organismos va más allá de sus consejos: solo en la Comisión de la Energía hay 7 directores generales y 25 subdirectores y para una labor regulatoria adecuada, en un sector con multitud de subsectores, "sería necesaria una estructura si no igual, parecida", aseguran fuentes del sector.
El Gobierno ha dejado fuera de la nueva criatura a los reguladores financieros (la Comisión Nacional del Mercado de Valores, la Dirección de Seguros y el Banco de España).
Aunque el Ejecutivo podía haber esperado solo unos meses para lograr la mayoría en el consejo de la CNC o el de la CMT, solo con una fusión entre los reguladores podía justificar el relevo (en este caso, extinción) del consejo de la CNE. Prácticamente todos, incluido su presidente, Alberto Lafuente, tomaron posesión de su cargo el pasado verano y su mandato (a cuyo fin el Partido Popular no estaba dispuesto a esperar) es de cinco años. Uno de los que salió del mismo es el actual secretario de Estado de Energía, Fernando Marti. La CNE fue creada precisamente por el Gobierno de Aznar para acabar con el anterior regulador eléctrico (el CSEN).
Cataluña pierde poder
La desaparición de la Comisión de las Telecomunicaciones (CMT) hará perder poder a Cataluña. La decisión del Gobierno de Zapatero de trasladar a Barcelona la sede de este organismo fue muy contestada por el PP, que ahora la va a convertir en una dirección general.
El modelo holandés que aún no existe
El Gobierno justifica la fusión de los reguladores sectoriales españoles en que al ser multisectoriales serán "más difícilmente captables tanto del poder político, al reducirse la importancia relativa de un determinado sector o de un determinado ministerio para la autoridad". Así lo señala el informe de Presidencia que respalda una medida cuyo resultado, según distintas fuentes, será "la pérdida de independencia respecto al Gobierno".Aunque el informe señala que la tendencia en Europa es hacia el modelo multisectorial (que incluye la autoridad de la Competencia) y para ello pone el ejemplo de Holanda, donde este modelo está en proyecto. Lo cierto es que todos los países de la Unión Europea tienen reguladores unisectoriales, excepto Alemania, donde están unidos la energía y las telecos, pero, en ningún caso el supervisor de la libre competencia.