La venda de Rehn y el déficit español
Hasta hace poco los discursos dogmáticos sobre el déficit público triunfaban solo en Berlín, en Fráncfort -fortín del BCE- y en Múnich- sede del IFO-. Pero la doctrina ha calado profundamente en otras capitales e instituciones. Y la Comisión Europea, incapaz de plantear un discurso alternativo, se ha sumado a la corriente a pesar de que sus datos constaten el fracaso de los ajustes indiscriminados.
El comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn, se vio ayer obligado a rebajar drásticamente sus previsiones de crecimiento para este año en la zona euro y en la UE. Los nuevos datos anuncian recesión generalizada solo tres meses después de que Rehn hubiera augurado un crecimiento positivo a todos los países europeos salvo Grecia y Portugal. Lo único que ha cambiado en el escenario ha sido el daño que se ha autoinfligido la UE, frente a recuperación de EE UU y la positiva evolución de muchos países emergentes.
España empieza a pagar también esa ceguera de Bruselas, que ayer supeditó la renegociación del inalcanzable objetivo de déficit para este año (4,4%) al anuncio de nuevos recortes por parte del Gobierno de Rajoy. Si Rehn no se quita la venda a tiempo, el alivio llegará demasiado tarde para frenar la peligrosísima espiral de recortes y caída del crecimiento.