Miles de empleos tirados al mar por la sobrepesca

Un estudio del 'think tank' británico New Economics Foundation cifra las pérdidas de la UE en 3.200 millones de euros.

Casi el 70% de las cuotas de pesca que la Unión Europea ha fijado en los últimos 24 años están por encima de las recomendaciones científicas para conservar las especies comerciales. Es una de las conclusiones del estudio Empleos perdidos en el mar realizado por el think tank británico New Economics Foundation (NEF), un laboratorio de ideas cuyo lema reza: La economía como si las personas y el planeta importaran.

Este mismo informe, publicado cuando se están perfilando las líneas de la que será la futura Política Pesquera Común, destaca la friolera de 100.000 empleos los que habrían podido crearse y no verán la luz por la sobreexplotación de los recursos pesqueros. "Cada año se pierden más de 3.000 millones de euros debido a la sobrepesca, un importe que permitiría crear 100.000 empleos en la industria pesquera e inyectaría dinero a nuestra debilitada economía", sostiene el investigador de economía ambiental de la fundación, Rupert Crilly, autor del informe.

Crilly analiza un total de 43 pesquerías de la Unión Europea, ninguna de ellas en el Mediterráneo, que se están viendo colapsadas por la sobrepesca y por los descartes, una práctica habitual en esta industria que consiste en echar por la borda de los barcos pesqueros aquellos ejemplares que no cumplen con las condiciones del mercado. Esto, sumado a la sobreexplotación, ha colapsado un sector que ha podido compensar en parte las pérdidas gracias a las subvenciones.

"Restaurar las poblaciones de peces puede devolver los niveles de ingresos y empleo al máximo soportable, pero la pérdida de productividad durante los años de sobrepesca y durante el tiempo que transcurrirá hasta su regeneración nunca podrá recuperarse", prosigue el documento. Ahora, con la crisis atenazando todos los sectores, se pone aún más en evidencia la necesidad de invertir la lógica que sigue esta industria, que pierde dinero y empleo, sostienen en New Economics Foundation.

¿Cómo? Parece obvio que la solución pasa por capturar menos de lo que el mar es capaz de dar. Y, además, es necesario detener la actividad cuando empiezan a sonar las alarmas del colapso de las especies comerciales. En otras palabras, escuchar a los científicos y evitar casos como el de la merluza, cuyas cuotas se han llegado a fijar hasta un 1.100% por encima de lo recomendado por los biólogos.

Con una gestión más realista de los recursos, la UE se ahorraría hasta 600 millones de euros anuales que destina a subvencionar la pesca y generaría hasta 1.800 millones de euros de ingresos extras, para unos 83.000 nuevos puestos de trabajo.

En definitiva, se trata de pensar a largo plazo. "La reforma de la Política Pesquera Común es una magnífica oportunidad para acabar con este desperdicio. Hay que fijar los límites de captura a un nivel que garantice la recuperación de las poblaciones de peces". De restaurarse estos 43 caladeros, se generarían recursos adicionales de 3,53 millones de toneladas, "suficiente para satisfacer la demanda anual de pescado de 158 millones de ciudadanos de la Unión Europea", concluye el estudio.

Compensaciones por capturar menos

La reforma de la política pesquera que arrancará a partir de 2013 en la Unión Europea ya está en marcha y prevé compensar a los pescadores por la reducción de la actividad que quiere imponer la norma para asegurar el futuro de las especies comerciales. El borrador que maneja la Comisión Europea, autora de la propuesta de reforma, contempla conseguir "rendimientos máximos sostenibles".Bruselas llama a la limitación que imponen los recursos existentes, en el horizonte de 2015, un límite ambicioso que pasará inevitablemente por reducir las cuotas de las diferentes pesquerías de la Unión Europea.La medida prevé la creación de un Fondo Europeo Marítimo que asuma las pérdidas del sector por la merma de su actividad.El borrador también incluye prohibir los descartes, práctica común en la industria que consiste en arrojar al mar las capturas de peces no deseadas, ya muertos.