El crecimiento del PIB de China bajará si la eurozona entra en recesión, según el FMI
El aumento del PIB chino caerá bruscamente si la zona euro entra en recesión aguda, pero hay margen de respuesta fiscal que debe hacerse a través del presupuesto, no del sistema bancario como en 2009 y 2010 cuando el estímulo fue a inversión y al crédito, dijo hoy el representante del Fondo Monetario Internacional (FMI) en Pekín, Murtaza Syed.
La principal vía de reacción económica de China seguirá siendo el comercio pues la Unión Europea (UE) es mercado principal de sus exportaciones, que junto a las que envía a EEUU suman el 50% del total, manifestó Syed a la prensa.
Según el FMI, la previsión de crecimiento chino en 2012 es del 8 %, "algo que no preocupa a los dirigentes que buscan ya calidad y asumen el 7%-8 % anual en el próximo lustro, también porque su población envejece y la gran desigualdad social requiere invertir en protección social y salud e impulsar el consumo privado".
La necesidad de reducir la brecha de la desigualdad en China debería, por ejemplo, apoyar la oferta de vivienda social, "y otras inversiones que repercutan más en aumentar el consumo de los hogares, en lugar de crédito fácil a las empresas estatales". Calidad y sostenibilidad son los ingredientes que necesita el crecimiento económico chino, destacó el representante del FMI.
"En los últimos años se originó por demasiado capital, con efectos colaterales como polución, problemas medioambientales, trabajadores infelices y presión en los hogares", añadió
Un crecimiento previsto este año del 8% sigue siendo muy fuerte con una inflación prevista del 3 por ciento, nivel confortable desde la media del 5,5% en 2011. Syed quiso destacar que en China el repunte de la inflación se produce siempre por el aumento del precio de los alimentos "y es imprevisible, ya que los sube cualquier escándalo o temor a la escasez propagándose rápidamente a otros sectores".
"El Gobierno no debería relajarse en la vigilancia de los precios de los alimentos", y mejorar la producción y distribución agrícola. "También debería importar más", pero parece que se inclina por una política agresiva agrícola para producir en el exterior, principalmente en Africa y América Latina.
"Como importaciones cuentan también lo producido en el exterior y traído a China aunque la propiedad sea de empresas chinas", dijo Syed. Para el representante del FMI, lo más importante para China y la economía global es que el crecimiento chino sea más sostenible, menos intensivo en consumo de energía y haya más distribución de los beneficios.
"Los líderes reconocen cada vez más que un crecimiento del 7/8 %, menos desequilibrado y más diversificado en el consumo beneficiará a China y a la economía global", afirmó.
"El riesgo para ambas sería el 4-5 %, destacó, algo que no se vislumbra pues, entre otras cosas, todavía hay que crear mucho empleo para gente que llega desde el campo a las ciudades".
Syed calificó de positiva la voluntad de Pekín de convertir al yuan en moneda internacional, pues también prueba que emprenderá las largamente esperadas reformas financieras con la liberalización de los tipos de interés y apertura de la cuenta de capital como parte a medio plazo del proceso.
La reforma del sector financiero doméstico es también crítica para absorber el gran capital en yuanes que existe en el exterior y no crear burbujas "además de para evitar una crisis bancaria por el exceso de crédito y digerirlo ayudando a China a seguir creciendo en los próximos 10 o 15 años", concluyó.