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La crisis de deuda soberana

Grecia sacrifica su soberanía fiscal a cambio del segundo rescate

El Eurogrupo exigió ayer a Grecia una cesión de soberanía política y económica sin precedentes a cambio de un segundo rescate financiero por valor de más de 130.000 millones de euros. La operación, asociada a una condonación de la deuda privada, pretende reducir los números rojos de Atenas al 120% de PIB nacional en 2020. La nueva intervención supera el cuarto de billón entre préstamos y quita

Grecia empieza a cerrar el acuerdo de quita con sus acreedores privados
Grecia empieza a cerrar el acuerdo de quita con sus acreedores privadosREUTERS

Al cierre de esta edición, la zona euro parecía dispuesta a rescatar a Grecia del abismo de la bancarrota, pero solo a cambio un sacrificio de soberanía fiscal sin precedentes que puede dejar al país bajo la tutela permanente de sus acreedores internacionales. El precio político exigido a cambio del segundo rescate es tan elevado que incluso el presidente del Gobierno griego, Lucas Papademos, se trasladó a Bruselas para asistir al Consejo de Ministros de Economía de la zona euro (Eurogrupo) donde debía sellarse la rendición de Atenas.

Los ministros negociaban anoche las condiciones necesarias para que toda la operación reduzca la deuda griega del 160% del PIB al 120% en 2020. El ajuste previsto no basta para alcanzar esa cota y se barajan varias fórmulas para cubrir la diferencia. La prioritaria apunta a que los acreedores privados aumenten ligeramente la condonación de deuda que están dispuestos a aceptar.

Aparte de ese escollo, la última traba para el rescate gira en torno al debate sobre el nivel de control que Atenas puede admitir sin que la población griega lo califique como humillación.

La zona euro quiere extender la vigilancia a todos y cada uno de los ministerios del Ejecutivo heleno para garantizar la ejecución del programa de ajustes y de reformas estructurales exigido por la troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional).

Grecia, además, se comprometería a depositar en una cuenta bloqueada los fondos necesarios para abonar los intereses de su deuda, que tendrán prioridad sobre el pago de otras partidas presupuestarias.

Algunos países, como Holanda, incluso propusieron que "la troika se instale de manera permanente en Atenas, vistas las desviaciones del programa que hemos visto hasta ahora". El presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, también aseguró que "nadie quiere la salida de Grecia del euro, porque sería malo para ese país y para el resto de la zona euro".

Ganar tiempo

El acuerdo sobre segundo rescate permitiría al menos aplazar ese fatal desenlace con un nuevo rescate que añade otros 130.000 millones de euros a los 110.000 millones de los préstamos anunciados en mayo de 2010 (de los que ya se han desembolsado 76.000 millones). Los nuevos préstamos, financiados a través del FMI y del fondo de rescate de la zona euro servirán en gran parte para financiar el plan de reestructuración deuda, que supondrá una quita de alrededor del 50% o 100.000 millones de euros. La troika encargada del rescate aspira que esas medidas reduzcan la deuda griega al 120% de su PIB en 2020, una cota que se considera "muy alta, pero sostenible".

El Eurogrupo prepara el aumento del fondo de rescate

Tras el segundo rescate de Grecia, la zona euro estudia la ampliación de su fondo de rescate, limitado hasta ahora a 500.000 millones de euros. La decisión definitiva se espera en la cumbre europea del próximo 1 de marzo, pero los ministros de Economía barajan las posibles fórmulas para llevar a cabo la ampliación. Una de ellas, que no requeriría la aportación de nuevos recursos, consistiría en sumar los recursos sobrantes del fondo temporal (Facilidad Europea de Estabilidad Financiera o FEEF) con los del fondo permanente (Mecanismo Europeo de Estabilidad o MEDE). La suma de ambos elevaría a casi tres cuartos de billón la potencia de intervención del fondo. La entrada en vigor del MEDE estaba prevista para junio de 2013, pero la zona euro quiere adelantar hasta un año ese plazo.El nuevo mecanismo podría mejorar la protección de la zona euro ante el posible contagio de un recrudecimiento de la crisis griega. Fuentes diplomáticas indicaron ayer, no obstante, que "hasta que no zanjemos el tema griego no podremos concentrarnos en otras tareas". España es de los países más interesados en cerrar cuanto antes el rescate de Grecia y en reforzar el fondo.

"El rigor está bien, mientras no sea mortis"

Doce presidentes de Gobiernos europeos, entre ellos Mariano Rajoy, suscribieron ayer una carta dirigida a las instituciones comunitarias en la que plantean varias propuestas para recuperar el crecimiento.El documento no osa cuestionar abiertamente el proceso de consolidación fiscal puesto en marcha hace dos años y se limita a identificar ocho áreas de actuación a nivel comunitario (como la integración del mercado financiero o el energético) que redundarían en beneficio de la economía europea.Aun así, la misiva parece revelar el agotamiento de una política de austeridad que ha llevado a la mayor parte de la zona euro a una segunda recesión. "En política presupuestaria, el rigor está bien siempre que no sea mortis", recuerdan fuentes diplomáticas de los países firmantes."La crisis que afrontamos es también una crisis de crecimiento", señala la carta firmada por España, Reino Unido, Holanda, Italia, Estonia, Letonia, Finlandia, Irlanda, República Checa, Eslovaquia, Suecia y Polonia. La flagrante ausencia de Alemania y Francia parece confirmar que la iniciativa apunta al rigor auspiciado por Berlín. Pero la presencia de países ortodoxos como Holanda y Finlandia obliga a matizar esa impresión.Sin compras de deudaEl BCE no realizó compras de deuda soberana en la pasada semana por primera vez desde el mes de agosto. La institución centra sus esfuerzos en dar liquidez a la banca y ha canjeado sus bonos griegos por otros nuevos en los que no tendrá que asumir quitas.

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