Los idiomas, el muro a derribar
Los jóvenes españoles beben Coca-Cola, visten Levi's, llevan un iPhone en el bolsillo y se informan a través de Facebook y Twitter. Son los llamados milennials, aquellos nacidos entre 1980 y 2000 que solo han conocido un mundo globalizado en el que todo está a su alcance. Pero los estudios demuestran una y otra vez que la gran mayoría no domina bien el inglés u otras lenguas. Esta carencia se ha convertido en un muro infranqueable para muchos en un momento en el que las ofertas de trabajo están fuera de las fronteras nacionales, pero también ha supuesto un impulso para los que ya han terminado sus estudios y para los que cursan bachillerato o ingresan en la Universidad y que ya prevén que su futuro también puede estar fuera. El Salón de la Educación de Tercer Ciclo que se celebra en el Ifema escenifica la importancia de un aprendizaje internacional con la presencia de ocho universidades de cuatro países, diversas conferencias, entre ellas la del inventor del método Vaughan, y un área dedicada a Australia.
Las cifras son reveladoras; según un informe de Infoempleo, el 74% de las ofertas de trabajo cualificado exigen el inglés como requisito imprescindible, y un estudio de la consultora Hays asegura que el dominio de idiomas, sobre todo el inglés, puede elevar el nivel salarial de un ejecutivo un 40%. Frente a estos datos, el Eurobarómetro calcula que solo el 27% de los españoles dice poder expresarse bien en inglés en comparación con el 89% de los suecos, el 87% de los holandeses o el 48% de los griegos.
Pero no todo es negativo, los expertos hablan ya de un cambio de tendencia. La Asociación Española de Promotores de Cursos en el Extranjero (Aseproce) estima que 200.000 españoles realizarán un curso de idiomas en el extranjero este año. De ellos, una parte importante, además, trabajará en el país o hará unas prácticas profesionales. La Agrupación Educativa de Cursos Académicos en el Extranjero, integrada en la Aseproce, añade la importancia del incremento de la demanda para estudiar un año escolar en el extranjero, que este curso ha supuesto un aumento del 20% respecto al anterior.
PASITO A PASITO
El coordinador de relaciones internacionales de la Salle Campus Madrid, Jesús Alcoba, asegura que el panorama está cambiando poco a poco: "Los españoles nos estamos dando cuenta de que si queremos ser competitivos como país y que nuestras empresas y trabajadores lo sean, es necesario que asumamos una conciencia global". Según Alcoba, esta visión global significa dar un paso más al idioma: "No solo se trata de aprender inglés o alemán, sino de adoptar competencias para trabajar en un mercado global y conocer bien las diferentes culturas". Para ello, el coordinador de relaciones de la Salle Campus Madrid incentiva a todos los jóvenes a vivir experiencias en el exterior: "Yo animo a los estudiantes a que aprovechen el abanico de posibilidades que le ofrecemos con una red de más de 70 universidades repartidas por todo el mundo". Y añade: "Este fenómeno acaba de iniciarse en España, y cada vez más los estudiantes que están interesados en salir fuera lo han vivido previamente con viajes estivales o han estudiado en colegios bilingües. Lo que ocurrirá de aquí a cinco años es que se generalizará la necesidad de tener experiencias profesionales internacionales".
Natalia de Isidoro, del departamento de gestión de programas de la empresa Infort, que gestiona programas en el extranjero, apunta al cambio en el perfil de jóvenes que acuden en busca de estos destinos. "Con la crisis vemos que los jóvenes están mejor preparados y buscan prácticas que les puedan abrir puertas para un futuro profesional fuera", sostiene. De Isidoro hace hincapié en los años académicos completos: "Para el curso 2012-2013 tenemos todas las plazas cubiertas que gestionamos para estudiar en EE UU. Las familias invierten lo poco que tienen en una educación internacional para sus hijos".
En los últimos años, el miedo de los padres a que sus hijos perdieran un año por los problemas de homologación se han disipado. En los cursos de la educación secundaria, la convalidación se hace de forma automática y sin ningún trámite, según Aseproce, gracias a una modificación reciente de la legislación por parte del Ministerio de Educación. La cosa se complica un poco más cuando se trata del bachillerato, el estudiante tiene que superar una prueba para recibir el título de bachiller y acceder a la Universidad, organizada por la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED). Pero aun así, según el estudio de Aseproce, el índice de aprobados de estudiantes que realizan un curso escolar en el extranjero es de un 98%.
Entre los universitarios, el programa con más éxito es la beca Erasmus. Según el último estudio del Organismo Autónomo de Programas Educativos Europeos (OAPEE), más de 35.000 estudiantes españoles estudiaron con este sistema durante el curso 2010-2011. Los esfuerzos de Europa por facilitar la movilidad de los estudiantes y el incremento de programas específicos para prácticas y cursos más personalizados ha generalizado los estudios en el extranjero entre los universitarios y los ciclos formativos.
Los destinos favoritos son Estados Unidos, Gran Bretaña e Irlanda, pero los expertos también apuntan a un cambio de tendencia en este sentido. La necesidad de mano de obra cualificada en países como Alemania y Australia y en países emergentes como China o Brasil ha aumentado la demanda de programas en estos lugares. El Goethe Institute de Madrid ha visto incrementado el número de matriculados en un 30% respecto al año anterior debido al creciente interés por el alemán. Mar Borras, de Information Planet, una empresa centrada en la gestión de programas en Australia, asegura que han ganado adeptos en España gracias al exotismo y a las posibilidades que presenta un país en el que solo el 4,9% de la población está en paro.