El Gobierno degrada a los presidentes de las Confederaciones Hidrográficas

El ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, dejó claro en su primera comparecencia en el Congreso que haría borrón y cuenta nueva en política de agua. Arias Cañete propugno un nuevo plan hidrológico (en ningún momento habló de trasvase) y enfatizó la necesidad de recentralizar la política de agua para evitar injerencias autonómicas.

Dicho y hecho. Una de las primeras decisiones que ha tomado ha sido la degradación de los nuevos presidentes de las Confederaciones Hidrográficas, que hasta esta legislatura contaban con rango de directores generales. A partir de ahora serán subdirectores generales, con lo que dejarán de tener una interlocución directa con el Ministerio y tendrán que informar directamente a la Dirección General del Agua.

Con esta medida, el Ejecutivo trata de frenar el poder de las comunidades autónomas en la política hidrológica, que llevó en la anterior legislatura a algunas regiones, como Andalucía, a asumir competencias que le correspondían al Estado. Asimismo, los regantes aseguran que se acelerará la aprobación de los planes de cuenca, que en algunos casos acumulan retrasos de tres años por discrepancias entre administraciones.