Posiciones cortas: el manual del tiburón de la Bolsa
Ya puede volver a apostarse por caídas de las acciones de los bancos. Todos los inversores, no solo los 'hedge funds', tienen herramientas a su alcance para hacerlo.
Ha concluido la prohibición impuesta desde agosto del año pasado a las apuestas bajistas sobre la banca. España, Francia, Italia y Bélgica acordaron el veto, con el objetivo de que disminuyera la "extrema volatilidad" reinante y de mantener "la estabilidad financiera".
Los hedge funds son siempre señalados como los principales responsables de la especulación en los mercados; incluso se les llega a señalar con el dedo, acusándoles directamente de las caídas de la Bolsa, como está ocurriendo hoy.
Es cierto que la capacidad de mover el mercado de los grades fondos de inversión es muy superior a la de un pequeño inversor, pero cualquier ahorrador dispone de herramientas para sacar partida de las caídas de las Bolsas. Esencialmente, el mecanismo de las apuestas bajistas es el siguiente: un inversor que cree el valor de una cotizada va a caer pide acciones prestadas de esa empresa, las vende y, cuando el precio ha caído, las recompra para devolverlas y se embolsa la diferencia.
Sin embargo, en España nunca ha estado permitida la versión más agresiva de las apuestas bajistas, que consiste en vender las acciones sin disponer de ellas (sin ni siquiera haberlas pedido prestadas). La CNMV ha reiterado que estas prácticas están prohibidas y que vigilará que se respeten las normas.
Las ventas cortas han sido una herramienta utilizada sin problemas desde la creación de las Bolsas y que contribuye a incrementar la liquidez de los valores. En el mercado español hay varios métodos para ganar dinero con los batacazos del mercado: futuros, opciones, warrants, ventas a crédito, CFD y ETF inversos.
Todos tienen sus ventajas y sus inconvenientes, si bien la mayoría comparte una característica: el apalancamiento. Salvo los ETF, donde es opcional, en el resto de los productos tan sólo es necesario disponer de una parte del dinero que realmente estaremos invirtiendo. Una ventaja, a priori, que puede transformarse en un serio problema si el valor o el índice en el que se esperan retrocesos se da la vuelta y comienza a subir con fuerza. Las pérdidas se multiplicarían en un abrir y cerrar de ojos y, en el caso más extremo, podrían llegar a ser superiores al dinero puesto sobre el tapete en forma de garantía.
Los expertos se esfuerzan en advertir que son instrumentos peligrosos en manos de principiantes y que exigen un conocimiento profundo, especialmente aquéllos en los que el precio no es el único elemento que hay que hay que vigilar, como ocurre con las opciones y los warrants, y en aquellos limitados en el tiempo por vencimientos, como los dos anteriores, los futuros y la operativa a crédito.