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Marc-Antoine Lucchini. Presidente de Sanofi en España

"Nos replantearemos las inversiones en España"

Pide al Gobierno que trate a la industria farmacéutica como socio sin avanzar un nuevo recorte sin consenso y solicita medidas para rebajar la demanda de los recursos sanitarios incluido un posible copago.

"Nos replantearemos las inversiones en España"
"Nos replantearemos las inversiones en España"

Este francés, aunque nacido en Londres en 1965, ya había trabajado en la filial española de Sanofi hasta 2008. El bioquímico Marc-Antoine Lucchini regresó en noviembre como presidente en una época muy distinta, con los impagos de las comunidades autónomas encima de la mesa. "Eso es lo que más me cuesta explicar a mis jefes. Les digo que España es un país donde hay que invertir".

¿Cómo les está afectando la situación del mercado?

Un impacto cierto por varios motivos. Sanofi había llegado a una época de pérdida de patentes y sufre, por tanto, la entrada de genéricos, algo que estaba previsto. Pero hay una profundización de este fenómeno por los diferentes decretos. Tenemos además los impagos y una deuda importante que se ha ido consolidando. Hay que encontrar maneras de resolverlo con las comunidades y con el Gobierno.

¿Cuál es el volumen de deuda de las comunidades autónomas con Sanofi?

Estamos hablando de dos a tres veces la facturación hospitalaria de Sanofi en un año, entre 150 y 200 millones de euros, lo que nos está poniendo en complicaciones importantes de ver las perspectivas de desarrollo en investigación. Tenemos el compromiso con el paciente y queremos encontrar vías para seguir suministrando fármacos a las comunidades, pero necesitamos perspectiva para saber cómo podemos seguir invirtiendo en España.

La semana pasada Farmaindustria advertía que debido a los impagos se pueden dejar de servir fármacos a los hospitales. ¿Sanofi se lo ha planteado?

No queremos tener que abordar este problema de esa manera. Primero está el compromiso con el paciente. Pero sí que nos podemos replantear inversiones en España. En cada hospital, en cada comunidad, se hace investigación y, por tanto, inversión. Disponemos de planes de formación médica o trabajamos con las comunidades en campañas de información a los pacientes. Todo esto sí se puede replantear. Donde hay estabilidad, diálogo, posibilidad de tener una perspectiva de que esta deuda se puede resolver, vamos a seguir invirtiendo. Donde no la haya, seguiremos suministrando fármacos pero limitaremos las inversiones.

¿Qué medidas se pueden tomar?

Queremos tener una visión de cómo se puede resolver el problema de la deuda. Hemos visto una cierta prioridad en el Gobierno por resolver este tema por el impacto que puede tener en la imagen de España hacia sus proveedores y hacia el mundo. Todos entendemos que la situación es complicada y como socios de la sanidad pública queremos solventarlo. Pero la única manera de solucionarlo no es solo por la vía de la oferta. Se ha agotado la reducción de los precios y las negociaciones de descuentos con los laboratorios en los últimos años. España está dentro de los países europeos con los precios de fármacos más bajos. Se va a volver a reducir la facturación de las compañías, las de genéricos un 10% y las innovadoras como la nuestra es probable que un 20%. Hemos llegado al máximo de esfuerzo.

¿No existe margen para una rebaja de precios tal vez en los de marca?

Lo que hemos hecho desde Sanofi es alinear todas las marcas al precio menor. Cualquier paciente puede encontrar nuestras marcas al mismo precio que el genérico. Lo que nos tenemos que plantear es una reducción de la demanda, para mí el eje fundamental, lo que significa que los ciudadanos seamos conscientes de que no se puede abusar de los recursos del sistema. Hay varias medidas que se pueden tomar.

¿Como cuáles?

Concienciar al ciudadano y al enfermo de hacer un mejor uso de los recursos. Se puede decidir que haya servicios que se van a desfinanciar. Al final, como servicio público se puede decir que en algún tiempo económico difícil hay cosas que no son prioritarias.

¿Por ejemplo?

Los fármacos que no son críticos. No para pacientes crónicos, pero el paracetamol u otras moléculas pueden ser recetadas sin financiación. Dependiendo del nivel de ingresos de las personas algunos servicios se pueden dejar de financiar. El copago también puede concienciar sobre que los recursos públicos se deben mirar con mucho cuidado.

¿Es favorable a algún copago?

No soy favorable al copago como tal. Lo que digo es que es un elemento más y lo tenemos que mirar dentro de una serie de medidas para que se reduzca la demanda. Medidas que no solo vayan a la oferta. Lo que no se ha conseguido hasta ahora, por ejemplo, es reducir el número de prescripciones.

¿Qué le pide al Gobierno?

Que mire a la industria farmacéutica como socio. Somos parte de la solución y no parte del problema. La industria farmacéutica innova e invierte y es crítica en el empleo. Significa que debemos dialogar y que no se tomen medidas drásticas sin una consulta con los socios.

"Hemos tenido que ajustar la plantilla"

Los decretos sobre recorte de gasto farmacéutico han afectado a los ingresos de la compañía. "Hemos tenido que ajustar la plantilla. Teníamos unos 1.500 empleados en 2008 y ahora tenemos poco más de 1.000. Y vendimos una de nuestras dos fábricas en España", explica.

Cree que el futuro pasa por la diversificación. Como ofrecer, además de los tradicionales fármacos, servicios al paciente. Dentro de las nuevas fuentes de ingresos sitúa la adquisición de Genzyme, para enfermedades raras, y Sanofi Pasteur, para vacunas, "que al ser muy especializadas tienen una mayor protección en la pérdida de patentes y dan más estabilidad". Apuesta además por la parafarmacia, de productos sin recetas. "También estamos trabajando en el campo de los genéricos", reconoce.

"æpermil;ramos muy dependientes de las patentes de las moléculas. Es un momento complicado para la industria farmacéutica porque muchos de los fármacos que se habían desarrollado hace 10 o 12 años llegaban al final de su ciclo de vida. Y existe la dificultad para encontrar nuevas innovaciones. Cuestan mucho más y la probabilidad de que lleguen al mercado es menor. Por eso nosotros hemos decidido diversificar y ser menos dependientes de la investigación. Solo desarrollamos nuevas moléculas en los campos donde tenemos expertise y unas probabilidades más altas de alcanzar el éxito. No va a continuar el modelo del blockbuster con una facturación de 1.000 millones de euros por molécula".

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