El peligro de los bonos europeos
El dinero barato del Banco Central Europeo y los cantos de sirena de unas altas rentabilidades están atrayendo a inversores de todo el mundo al mercado europeo de bonos basura. La emisión de deuda con un alto rendimiento ha aumentado un 70% en lo que va de año respecto al mismo periodo de 2011, según los datos de Thomson Reuters. Puede parecer extraño, dado el incierto futuro de la eurozona, pero la decisión del BCE de inundar el sistema bancario con préstamos a tres años ha dado la confianza a los inversores. Además, el compromiso de la Reserva Federal de proporcionar financiación casi gratuita está animando a los inversores norteamericanos a acercarse a la deuda europea para obtener jugosos retornos. Alrededor del 63% de los bonos con alta rentabilidad emitidos por las empresas europeas en enero figuraban en dólares, según Morgan Stanley.
La basura europea parece atractiva. Las rentabilidades pueden ser más de un 2% superiores en Europa de lo que son en EE UU. Pero el índice Markit Itraxx Crossover, termómetro del riesgo en Europa, sugiere una morosidad del 36% en los próximos cinco años. Eso es un 2% más que en el peor periodo registrado en las últimas tres décadas, de acuerdo con Morgan Stanley. Y, mientras los barones de la inversión privada utilizan más deuda para comprar empresas, no la han amontonado todavía como lo hicieron en los años de auge.
Los compradores deben ser cautelosos. El BCE ha comprado tiempo, pero el estancamiento o la recesión son muy probables para la eurozona en 2012. Una recesión prolongada resultaría dolorosa. Los altos rendimientos ya ocasionaron pérdidas a los inversores del 15,8% y del 13,9% entre 2000 y 2001, de acuerdo con BNP. El reciente boom ya se ha cobrado víctimas, pese a que los acuerdos originales parecían conservadores.
Los bajos tipos de interés globales, sin embargo, revelan que los inversores esperarán exprimirse lo máximo que puedan fuera del mercado de bonos basura mientras dure el rally. Aquellos que compraron en enero han obtenido beneficios. Pero el riesgo de que el mercado gire crece cada día.
Por N. Unmack / Agnest T. Crane