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Las cuentas públicas

El colchón financiero de la deuda pública se agota

La recesión elevará en 20.000 millones este año el pasivo español.

Desde que se inició la actual crisis, el relativamente bajo nivel de deuda pública en España sirvió para edulcorar el resto de datos negativos. La economía caía, el paro se disparaba, el déficit crecía exponencialmente pero el Gobierno aún podía presumir de tener un endeudamiento inferior a la mayoría de socios europeos. Este colchón financiero -que explica porque hoy España no está intervenida- se agota. Moody's, que en la madrugada de ayer rebajó el rating de España- sostiene que la economía caerá entre un 1% y un 1,5% este año. Más allá de las previsiones, a día de hoy nadie niega que el cuadro macroeconómico que presentó el anterior Gobierno y que sirvió de referencia para fijar el objetivo de estabilidad está desfasado. La previsión oficial todavía contempla que España crecerá este año un 2,3% y que el déficit se reducirá hasta el 4,4% tras cerrar el año anterior en torno al 8%, dos puntos por encima del objetivo oficial.

La mayoría de analistas duda de que se logre este objetivo. De hecho, este es el principal motivo por el que Moody's denigró de A1 a A3 la nota de la deuda soberana. La agencia de calificación prevé que el déficit cerrará en torno entre el 5,5% y el 6%. Es decir, España deberá financiar con deuda una probable desviación de casi 20.000 millones de euros en el déficit. Este es uno de los efectos de la recesión.

En este sentido, Moody's alerta que una de las fortalezas de la economía española -el bajo nivel de deuda pública- se está deteriorando a pasos agigantados. Si bien es cierto que el endeudamiento sigue siendo bajo, del 66% del PIB según los últimos datos publicados por el Banco de España y que corresponden al tercer trimestre, la agencia de calificación prevé que esa cifra alcanzó el 75% en diciembre de 2011 y se mantendrá en torno al 80% en los dos próximos años.

De hecho, la estadística de Eurostat muestra que España es uno de los países que más ha incrementado su endeudamiento desde que se inició la crisis. En 2007, el nivel de deuda se situaba en 381.000 millones de euros, un 36% del PIB. Desde entonces, se ha incrementado un 85%, un avance muy superior al registrado por la mayoría de Estados miembros. Durante ese periodo (2007-2011), la deuda de la UE ha aumentado un 41% y, en la zona euro, un 36,8%. Y, según la mayoría de analistas, la deuda española seguirá creciendo por encima del resto de sus socios comunitarios en el corto plazo.

El Gobierno de Mariano Rajoy reconoce que, a corto plazo, no podrá cumplir con el Pacto de Estabilidad de la UE, que obliga a los Estados miembros a mantener un nivel de deuda por debajo del 60%. En la medida que los ingresos seguirán siendo inferiores a los gastos, el conjunto de la Administración (central, autonómica y local) deberá recurrir con intensidad a los mercados financieros.

De hecho, el anteproyecto de la nueva Ley de Estabilidad Presupuestaria ya contempla que España no volverá a registrar un déficit público por debajo del umbral del 60% hasta 2020. La nueva normativa obligará tanto al Gobierno central como a las comunidades y ayuntamientos a destinar cualquier desviación positiva de la recaudación a amortizar deuda pública. Además, se elevará el control de Hacienda sobre las Administraciones territoriales para evitar endeudamientos excesivos.

Del presupuesto solo crecen los intereses

El exponencial aumento de la deuda pública española supone una dificultad añadida para reducir el déficit. El capítulo tres de los Presupuestos se destina íntegramente a pagar los interés de la deuda y es la única partida de gasto que el Gobierno no tiene capacidad para reducir. Hasta noviembre de 2011 -último dato disponibles- la Administración central destinó 22.000 millones en cubrir los intereses de la deuda pública, un 12,5% más que en el mismo periodo del año anterior. En cualquier caso, supone un porcentaje relativamente pequeño, (16%) del presupuesto total. La misma situación se repite en las comunidades autónomas, que son incapaces de reducir las partidas destinadas a pagar intereses.La mayor parte de la deuda pública española corresponde a la Administración central, que acumula un pasivo de 534.488 millones, el 50% del PIB. Las comunidades autónomas presentan una cifra significativamente menor y su endeudamiento alcanza el 12,6% del PIB. Con todo, las autonomías nunca habían estado tan endeudadas como ahora.

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