La economía española ya cae al 1,2%
En un escenario de alta volatilidad macroeconómica como el actual es fundamental diferenciar las opiniones y comentarios de los hechos y los datos. Mientras las páginas web de los principales diarios ardían ayer, dando cuenta de las dudas de la Comisión Europea sobre la senda de reducción del déficit español, los técnicos del Instituto Nacional de Estadística (INE) perfilaban el dato de contabilidad nacional del cuarto trimestre de 2011 que hará público mañana, y que recoge con fiabilidad el verdadero estado de la economía española. El INE es el único organismo oficial habilitado para fijar la evolución del PIB y el encargado de reportar su información a la agencia estadística comunitaria, Eurostat. Y ese dato pasa por una fuerte caída del PIB en el cuarto trimestre. El avance adelantado el 30 de enero por el propio el INE, ya estimaba una caída del PIB del 0,3% en el cuarto trimestre sobre el tercero, o lo que es lo mismo, una caída anualizada del 1,2%, tal y como se calcula en otros países de la Unión Europea y en Estados Unidos. Esta estimación, a confirmar mañana, coincide con otros datos, no opiniones, que aportó ayer también el INE sobre el sector servicios, que representa más del 70% del PIB español. De hecho, los técnicos de Estadística dan cuenta de una caída de la cifra de negocio del sector de servicios del 1,3% en el conjunto de 2011. Ello se suma a la de la industria, que acabó el año con un descenso del 4% en diciembre.
Con tales datos, no opiniones, en la mano, tanto el Gobierno español como la Comisión Europea saben ya a ciencia cierta que la reducción del déficit fiscal desde el 8% estimado al 4,4% del PIB para este año es un objetivo tan conveniente de realizar como irreal e imposible de cumplir. Según apuntan todos los analistas, un ajuste de casi 40.000 millones en solo doce meses llevaría a España a una recesión aún más profunda que esa caída ahora del 1,2% del PIB en que se haya inmersa, hipotecando, no solo este año sino el hipotético crecimiento de 2013. La cuestión está, por tanto en diseñar una previsiones macroeconómicas para este año que sean al menos creíbles, para diseñar los nuevos objetivos de PIB y reducción del déficit. Si se hace caso del FMI, la OCDE y los principales servicios de estudios del país, España permanecerá inmersa en una recesión de entre el 1% y el 2% durante todo este semestre. Es la cruda realidad, más allá de desmentidos oficiales y oficiosos, más o menos interesados.