Las cajas se comprometen a afrontar la reforma financiera sin despidos
La patronal de cajas de ahorros, Acarl, firma esta tarde con los sindicatos mayoritarios del sector un convenio laboral por cuatro años, que fija dos años de congelación salarial, prorrogable en 2013 y 2014 en caso de recesión. A cambio, la patronal se ha comprometido a absorber el impacto de la reforma financiera ejecutando un ajuste laboral por la vía de prejubilaciones y bajas incentivadas, sin incurrir en despidos.
Las cajas de ahorros, que en su mayor parte han transferido su actividad a bancos, han decidido blindar su normativa laboral mediante un convenio propio que fije sus condiciones particulares independientemente de lo que haga el sector tradicional de la banca. La patronal de cajas, Acarl, sella esta tarde con los sindicatos un acuerdo por cuatro años en el que se establece una hoja de ruta con la que afrontar los previsibles ajustes de empleo que se derivarán de la reforma del sistema financiero.
El modelo de saneamiento de activos inmobiliarios que aprobó el pasado viernes el Gobierno se apoya en una estrategia de concentración de las entidades inmobiliarias que aboca al sector a una nueva ola de fusiones. El esfuerzo adicional que se pide a bancos y a cajas, junto a las facilidades para despedir que podrían derivar de la reforma laboral prevista para este viernes, hace temer que el sector financiero abandone su práctica habitual de reducir plantilla con medidas no traumáticas.
El tema se ha convertido en la prioridad de los sindicatos durante la larga negociación -más de un año- del nuevo convenio del sector. Finalmente, la patronal ha accedido a garantizar por escrito que los procesos de ajuste se saldaran mediante "soluciones vegetativas y/o no extintivas", lo que incluye prejubilaciones, bajas incentivas, suspensiones o reducciones de jornada, movilidad geográfica y modificación de condiciones. Medidas, todas estas, que las entidades deberán agotar antes de plantear un expediente de reducción de empleo, que, en cualquier cosa, deberá ser negociado con las centrales.La falta deentendimiento sobre estas garantías mantiene en suspenso, por el momento, el convenio de banca.
A cambio, CC OO, UGT y Csica han a aceptado someterse a dos años de congelación salarial, 2011 y 2012, prorrogables durante otros dos años en caso de recesión. En realidad, el articulado del acuerdo supone un triunfo para la patronal que ha logrado su antigua reclamación de desligar los sueldos de la evolución del IPC. El nuevo convenio los liga a los movimientos de la economía española.
En concreto, si el PIB español es positivo en 2013, el aumento salarial será del 1%, llegando al 1,25% si la economía crece un 1,5% o más. En el caso de 2014, los sueldos subirían un 1% si el PIB es positivo, un 1,25%, si crece más del 1,5%, un 1,5%, si el PIB sobrepasara un alza del 1,75%, o hasta el 2% de incremento de sueldo, si la economía se expande un 2%. En paralelo, eso sí, la patronal ha renunciado a acabar con el abono de trienios y los ascensos por antigüedad.
Acarl, donde están representados CaixaBank, Bankia o Banca Cívica, por ejemplo, ha decidido delimitar el acuerdo para que incluya a todas las antiguas cajas, evitando así que sean Santander o BBVA, los dos grandes de la patronal bancaria (AEB) quienes fijen sus reglas del juego. El convenio afecta a unos 115.000 trabajadores, incluyendo los empleados en los nuevos bancos, las antiguas cajas o el área de obra social de las entidades. De hecho, se da el caso de que este convenio afectará a los trabajadores de CAM, ahora integrada en Banco Sabadell, o Unnim, a punto de ser adjudicada.