Rubalcaba, líder del PSOE
Alfredo Pérez Rubalcaba es ya el cuarto secretario general del PSOE durante el actual periodo democrático. Después de lograr el apoyo de 487 de los 956 delegados, Rubalcaba afronta desde esta tarde la tarea de ejercer la oposición frente al Gobierno de Mariano Rajoy y unas políticas de ajuste que están "asfixiando" el crecimiento.
Felipe González, Joaquín Almunia, José Luis Rodríguez Zapatero y, desde hoy, Alfredo Pérez Rubalcaba. El 38 Congreso del PSOE le ha encargado la tarea de liderar al partido en uno de los momentos más difíciles de su historia, con un grupo parlamentario de apenas 110 diputados.
El recuento se ha demorado por encima de las dos horas, debido a que lo ajustado de la votación ha exigido una segunda contabilización para evitar cualquier suspicacia. Finalmente, 487 delegados han apoyado a Rubalcaba, por 465 de Chacón, dos votos en blanco y uno nulo. Con todo, la elección de José Luis Rodríguez Zapatero fue todavía por un margen más estrecho respecto a José Bono: nueve votos.
Tiempo habrá para saber si el rival de Rajoy en las próximas elecciones generales será el vencedor de hoy (los estatutos del PSOE exigen primarias para la designación de candidatos), pero este sí será responsable de formular un programa alternativo.
En materia económica, y a falta de que la resolución con la que se cierre mañana el Congreso de Sevilla, el mensaje parece claro: la socialdemocracia española abanderará un cambio de políticas frente a las exigencias de ajuste realizadas por los mercados y por Alemania.
La importancia de la elección de hoy no es menor: salvo el infructuoso interregno de Almunia, los otros secretarios generales del PSOE durante la democracia han acabado presidiendo el Gobierno durante al menos dos legislaturas.
Un año y medio de zozobra
El Congreso de Sevilla cierra una etapa de zozobra en el partido que se inició en mayo de 2010, cuando el secretario general saliente, Zapatero, dio un giro de 180 grados a la política keynesiana con la que había afrontado hasta entonces la crisis. El duro ajuste acabó con su capital político, y precipitó su renuncia a presentarse a la reelección presidencial.
La apertura de un proceso de primarias entre Rubalcaba y Chacón quedó en amago tras la renuncia de esta última "por responsabilidad para con el partido". Pero la puerta se cerró en falso. El PSOE acumuló en pocos meses sus dos peores resultados electorales (municipales y autonómicas de mayo de 2011 y generales de noviembre), y fue directo a un Congreso Extraordinario que definiese la apuesta de futuro.
Los mismos protagonistas que en las fallidas primarias, Chacón y Rubalcaba, se han enfrentado en las últimas semanas con unos programas económicos muy similares, y apoyándose más bien en ideas fuerza relacionadas con sus circunstancias personales: la candidata, apelando al futuro que representa su juventud, y el candidato, a la unión y la experiencia requeridos en momentos difíciles.
El veredicto, aunque apretado, otorga un mandato claro. Para Rubalcaba.