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Tiene 3.000 acreedores

El juez declara el concurso voluntario de Spanair

El titular del Juzgado Mercantil 10 de Barcelona ha declarado este miércoles el concurso voluntario de Spanair, presentado por la aerolínea el lunes. La aerolínea tiene 3.000 acreedores, la mayor parte, plantilla.

El juzgado mercantil número 10 de Barcelona ha declarado hoy el concurso voluntario de la aerolínea Spanair, en el que se contabilizan hasta 3.000 acreedores, según el auto dictado por el juez que lleva el caso.

Pese a que también se habían presentado peticiones de concurso necesario, el juez ha decidido tramitar el cierre de Spanair como un concurso voluntario al considerar que de esta manera se protege mejor a los 2.500 trabajadores de la compañía.

Estos trabajadores están afectados además por un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que se ha presentado en el mismo juzgado.

El juez, que ha declarado el concurso como de "especial trascendencia", ha nombrado un administrador concursal al Grupo Gispert, Abogados y Economistas, que fue fundado, entre otros, por el ex conseller de Justicia durante el primer mandato de Jordi Pujol, Ignasi de Gispert Jordà.

El titular del juzgado mercantil está a la espera de que en los próximos días éste pueda solicitar al juzgado que se asigne un segundo administrador concursal debido a la complejidad del procedimiento.

Un impacto de 34 millones para SAS

En la petición de concurso voluntario, la aerolínea declaró un pasivo de 474,1 millones de euros. La quiebra de la aerolínea Spanair supondrá para la compañía escandinava SAS, que ostentaba un 10,9 % del accionariado, un impacto negativo en su negocio de entre 22 y 34 millones de euros, según la agencia de calificación Moody's.

En un comunicado, Moody's apunta que el cierre de Spanair no tiene ningún impacto en las calificaciones de crédito de SAS, aunque su quiebra sí que afectará a su hoja de balance.

Debido a las dificultades financieras de Spanair, SAS tendrá que anotar en sus balances los 165 millones de deuda y créditos pendientes, entre ellos un préstamo con vencimiento en enero de 2014.

Según esta agencia, SAS tendrá que calcular además unos 28 millones de euros en garantías y costes asociados a la quiebra.

Desde una perspectiva de crédito, Moody's afirma que la liquidación de la aerolínea española representa "un coste de oportunidad" en la medida que SAS "no es capaz de recuperar sus cuentas pendientes, ya que ahora será un acreedor no garantizado en los procedimientos de quiebra de Spanair".

Moody cree que la liquidez de SAS es suficiente en estos momentos para cumplir con sus compromisos financieros en este año.

SAS todavía prevé un resultado ligeramente positivo antes de partidas no recurrentes en el año fiscal 2011, frente a las pérdidas en el año 2010

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