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A fondo

Gravísima situación en España

Diez años de crisis en el sector aéreo mundial han significado la desaparición de innumerables compañías aéreas. Las enormes fluctuaciones del precio del petróleo, las crisis económicas regionales y mundiales, los problemas de control aéreo, la conflictividad social, etc., han colocado a la industria en una situación de crisis permanente en estos años. En los países de destino turístico, como España, la situación ha sido mucho más crítica, provocando el cierre de más de 20 compañías, con una destrucción importante del tejido industrial y con la incorporación a las listas del paro de un número relevante de profesionales de alto nivel de cualificación profesional (pilotos, técnicos...).

Muchas de estas circunstancias, que afectan negativamente a la industria aérea, son totalmente ajenas a la misma, aunque no debemos olvidar otras, como la voracidad recaudatoria de los Gobiernos (a través de impuestos, tasas...), la deficiente regulación del tráfico aéreo, la maraña burocrática en que se desenvuelve esta actividad, la gravosa e ineficaz inversión en infraestructuras, etc., así como errores de gestión.

A esto hay que sumar la competencia feroz de compañías foráneas llamadas "de bajo coste", que han distorsionado el mercado, con unas normas de actuación distintas a las del resto (diferentes políticas fiscales existentes en la UE). Sin olvidar el apoyo incondicional y permisividad de la anterior Administración a estas compañías, favoreciendo exenciones de tasas junto a ayudas económicas de diferentes autonomías, sin que se hayan generado puestos de trabajo en este país. Y a propósito de lo anterior, y coincidiendo con el cierre de operaciones de Spanair, quiero hacer varias reflexiones. Algunas voces han protestado por los apoyos de la Generalitat y ninguna por los apoyos a compañías aéreas extranjeras de "bajo coste". Esas mismas voces también han estado calladas ante apoyos a otras compañías españolas. Se ve que hay círculos de intereses distintos. Pronto veremos voces que protestarán cuando empiecen a conocer los incrementos de tarifas aéreas, debido a la falta de competencia en el sector aéreo. No nos asusta la competencia, siempre la hemos defendido, pero jugando en el mismo campo, en igualdad de condiciones y con las mismas armas.

Desde AECA tenemos una gran preocupación por la gravísima situación por la que atraviesa el sector aéreo en España. Muchos coincidimos en señalar que una industria aérea fuerte es un elemento de vital importancia para la competitividad de la economía de un país, proporciona transporte rápido y seguro, conectividad, regularidad y frecuencia, crea empleo y riqueza.

Pero pocas Administraciones actúan con esta visión, y más en países como el nuestro, que por razones geográficas, y con la existencia de dos archipiélagos turísticos de gran importancia, requieren considerar a este modo de transporte como estratégico, para hacer de él, con políticas prácticas, un motor del crecimiento económico.

Desde AECA pedimos a la nueva Administración un plan estratégico serio para la industria aérea española. El sentido común demanda no solamente buenas palabras, sino una política concreta de actuaciones por los nuevos responsables que nos permita iniciar el camino para salir de la actual grave crisis en la que nos encontramos, a través de medidas que consoliden a las empresas existentes y que faciliten la incorporación rápida de nuevos inversores-emprendedores, que ya desean estar presentes en el negocio aéreo en España.

Hay conocimiento, hay profesionales formados, hay demanda de flujos aéreos, etc., póngase en marcha cuanto antes esta ineludible política aérea en nuestro país. El transporte aéreo es un sector vital para España, por su capacidad de generar empleo y riqueza. No hay mucho tiempo para colocar a nuestra industria aérea en la senda del crecimiento y, por ende, para ser motor de la competitividad de la economía española.

Felipe Navío Berzosa. Presidente de AECA (patronal a la que pertenece Spanair)

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