Los agobios de la mayor plataforma logística de Europa
La plataforma logística de Zaragoza (Pla-Za) no es una excepción entre las muchas empresas con problemas de liquidez.
Sólo que ésta no es una firma cualquiera. Se trata de la mayor plataforma logística de Europa , la principal apuesta de futuro realizada por Aragón y un revulsivo para la economía española. Así fue presentada en febrero de 2000, ante un auditorio multitudinario , con presencia de las compañías con proyección internacional , seducidas por un eje con conexiones a los más importantes centros de producción y consumo de Europa.
Pla-Za, una sociedad cuyos grandes accionistas son el Gobierno de Aragón, Ayuntamiento de Zaragoza , Ibercaja y la Caja de Ahorros de la Inmaculada (CAI), debe pagar en abril el primer plazo (20 millones) de un crédito de 113 , a las que se añaden varias reclamaciones de de contratistas y proveedores.El agobio ha llevado a los rectores de la institución a revisar todos los contratos todavía sin liquidar, en un intento de ajustar costes y precios. En definitiva, de arañar de donde se pueda.
La ubicación en Zaragoza de esta macroplataforma no fue casual. La capital aragonesa ocupa el espacio central de seis áreas básicas del sureste europeo (Burdeos, Toulouse, Bilbao, Madrid, Valencia y Barcelona), que concentran grandes masas de población y una intensa actividad económica. Además, en Zaragoza se sitúa el punto de intersección de los más importantes tráficos del noroeste de España y su conexión con el resto de Europa. En Pla-Za confluyen las principales redes de transporte aéreo, ferroviario y por carretera, que la celebración de la Expo 2008 vino a reforzar.
Pero la crisis económica puede cargarse hasta los mejores planteamientos. Lo ha hecho con grandes proyectos de la post-Expo y amenaza ahora seriamente a la mayor plataforma logística europea. Además, con el cambio de Gobierno autonómico, han comenzado investigaciones , como la de los contratos con Agapito Iglesias, el polémico dueño del Real Zaragoza, que han desembocado en los tribunales, ante la sospecha de un posible enriquecimiento injusto.
Zaragoza ha vivido muchos años ignorando su privilegiada ubicación geográfica. Empezó a descubrirla a partir de la instalación, en 1982, de General Motors, que había antepuesto esta ventaja a las mayores ayudas ofrecidas en otros enclaves. Con la llegada de la Expo, parecía que, por fín, Zaragoza pasaba de situarse de la periferia al centro del desarrollo.Pero, justo cuando empezaba a recitar su papel, la crisis suspendió a la función.