Condenados a entenderse a la tercera
El Gobierno ha comenzado a aclarar a las entidades financieras las innumerables dudas que tienen en torno a las nuevas medidas que va a imponer para sanear de una vez por todas el sector. O eso es lo que pretende. Fuertes provisiones -que podrán cargarse inicialmente contra reservas o contra la cuenta de resultados- y fusiones son las dos claves que maneja el Ejecutivo.
La segunda oleada de integraciones, de hecho, ya está en marcha y se espera que en las próximas semanas vayan cuajando varias operaciones de concentración. El objetivo es reducir considerablemente el actual número de entidades financieras y de oficinas, lo que afectará directamente en la plantilla del sector.
Las principales candidatas a fusionarse son las cajas medianas, las mismas que llevan más de dos años en conversaciones con sus tiras y aflojas y que hasta ahora no han conseguido ponerse de acuerdo nunca. Puede ser porque "cada una de ellas conoce prácticamente todas las interioridades de la otra, y las virtudes y defectos de sus responsables", reconoce un directivo de una de estas entidades ellas. Sus presidentes, además, son los más veteranos del sector.
Estas cajas son: BMN, Liberbank, Ibercaja, Banca Cívica y Unicaja. Kutxabank también estaría incluida en este grupo, pero hasta ahora su principal socia, BBK, ha optado por crear un destacado grupo regional -Kutxabank es el resultado de la fusión de BBK, Kutxa y Vital-, aunque quiere seguir creciendo con compras.
Al margen quedan las tres cajas intervenidas -Unnim, CatalunyaCaixa y Novagalicia- y Caja 3, que ya tiene casi definido su destino con otra entidad por petición expresa del Banco de España hace unos dos meses. La Caixa y Bankia juegan en otra liga.
Ahora, sin embargo, los responsables de estas entidades medianas que no han logrado entenderse desde que se inició el proceso de reestructuración -pese a que defienden casi los mismos principios-, están condenados a entenderse. Ese es el ultimátum del Gobierno. Las luchas de poder y los personalismos deben quedar guardados en el cajón, sobre todo para alguno de ellos, los que se verán relegados a un segundo escalón. "Ya ha sucedido con los recelos regionales. Ninguna comunidad autónoma quería perder de su órbita a su caja, y ahora casi todas las regiones se han quedado sin ellas. Además de las fusiones ya realizadas, la transformación de estas entidades en bancos ha provocado que casi todas instalen su sede en Madrid para evitar conflictos. Hace tres años esto parecía imposible. En estos momentos toca otra vez romper con el tabú de los personalismos", explicaba la semana pasada un directivo del sector.
Carlos Egea, presidente de BMN; Braulio Medel, responsable de Unicaja; Manuel Menéndez, de Liberbank; Amado Franco, de Ibercaja, o Enrique Goñi y Antonio Pulido, copresidentes de Banca Cívica, son conocidos en el sector no solo por su experiencia, sino también por ser unos ejecutivos de fuerte personalidad. "En estos momentos todos hablamos con todos. Ocurre lo mismo que hace algo más de un año", asegura uno de estos banqueros. Otro directivo añade que ahora "sí estamos condenados definitivamente a entendernos".
Las conversaciones entre Egea, Menéndez, Medel o Franco, por ejemplo, han sido innumerables. Lo mismo sucede con Goñi y Pulido. Pero en un gran número de ocasiones los repartos de poder tanto personales como de las propias entidades a las que representan han frustrado las posibles operaciones corporativas, explican varias fuentes conocedoras tanto de los protagonistas como de las negociaciones que han mantenido. "Todos ellos saben todo de todos, y de sus instituciones. Eso es una ventaja, pero también puede ser lo contrario. Hasta ahora apretaba el zapato, pero podían aguantar. En la actualidad, sin embargo, las circunstancias han cambiado. El Gobierno está presionando demasiado", señala otra fuente.
Mario Fernández, presidente de Kutxabank, también conoce los entresijos de estas firmas medianas y ha mantenido conversaciones con sus homólogos, "pero al haber llegado más tarde al sector parece que ha pasado más desapercibido", reflexiona otro ejecutivo. Banca Cívica será la primera en anunciar su fusión con otra de estas entidades, previsiblemente con Ibercaja, coinciden varias fuentes. Necesita oxígeno para aguantar las nuevas medidas del Gobierno por lo que deben apoyarse en otra entidad, señala un analista. Pero reconoce que le cuesta imaginar compartir mantel a Enrique Goñi con Amado Franco.
Ibercaja, de cualquier forma, aspira a ganar la puja para hacerse con Unnim. La entidad que preside Amado Franco, única que no ha celebrado ninguna boda hasta el momento, podría así sumar de una vez dos entidades en las que, previsiblemente tendría el mando.
Egea prefiere, si puede, optar a pujar por Banco de Valencia y olvidarse de otras fusiones. Con esta operación lograría ganar tamaño y cotizar a través de la entidad valenciana. Eso sí, el Gobierno antes debe cambiar la norma del FROB para permitir a las cajas con ayudas a través de participaciones preferentes pujar por otra firma.
El expresidente de CECA y presidente de Unicaja, Braulio Medel, aún no ha consolidado la fusión con Caja Duero y España, aunque está condenado a ello tras firmar la operación. Medel, que aún confía en crear una gran entidad financiera en torno a Andalucía -idea que comparte el PP regional-, ha negociado prácticamente con todas las cajas españolas, pero sus exigencias han espantado a sus posibles socios. Su ventaja: Unicaja es una de las firmas más solventes. Las quinielas le sientan al lado de otro gran experto, Manuel Menéndez, cuya entidad está casi obligada a buscar pareja.