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El evento que no entiende de fronteras

Venecia. Música, elegancia y fiestas exclusivas en la ciudad de los canales

Entre el 11 y el 21 de febrero el mundo se detendrá en una de las ciudades más bellas del mundo. Lleva pasando año tras año desde hace un milenio (era la manera de que la nobleza, disfrazada, se mezclara de manera discreta con le pueblo), aunque la consagración del carnaval veneciano llegara en el siglo XVII. Solo Napoleón (1797) se ha atrevido a derogar la fiesta por miedo a posibles conspiraciones.

Los 10 días que dura el carnaval se viven con alegría en la ciudad de los canales. Aunque la celebración poco tiene que ver con la que se vive en España, y mucho menos con los de Suramérica. En la villa italiana la gente sale a pasear por las calles y plazas y a tirarse fotos enfundada en trajes de la dorada época renacentista. Y de máscaras, por supuesto, originariamente blancas y hoy en día de cualquier color.

Nada de chirigotas o comparsas: en Venecia se estilan fiestas privadas, algunas de ellas de precio prohibitivo o de asistencia exclusiva previa invitación. Tiene renombre internacional el Ballo del Doge, que se celebra en el suntuoso Palazzo Pisani Moretta.

La exclusividad de estas fiestas no es nueva: el carnaval de Venecia lleva siglos atrayendo a aristócratas de media Europa, que identificaban la semana larga de febrero como un momento de esparcimiento general. El turista de hoy solo necesita una máscara y una cámara de fotos para disfrutar de la fiesta.

Río de Janeiro. Sambas, caipiriñas y ritmo: la cuna del carnaval más grande del mundo

Ninguna ciudad del globo reúne a tanta gente en carnaval como Río de Janeiro. Toda una cultura para brasileños y muchos extranjeros de países vecinos, que se dan cita todos los años para recorrer la urbe a ritmo de samba.

Los preparativos para los carnavales, que darán su inicio el 18 de febrero, empezaron a mediados de 2011, con la fase de definición de bailes y la confección de las fantasías. Desde entonces, las escuelas de samba se esmeran para que el desfile.

Las autoridades se han volcado este año para que la edición de 2012 sea más grande que nunca. El Ayuntamiento de Río está reformando la avenida Marquês de Sapucaí (también conocida como Sambódromo). Es ahí donde se reciben los desfiles de las principales escuelas de samba, para aumentar su capacidad hasta más de 70.000 personas, 10.000 más de las que cabían hasta ahora, según informan en el estand de Fitur. La pasarela, de 700 metros, desemboca en la Praça da Apoteose, que se adorna para la ocasión con un enorme arco.

Huelga decir que durante los carnavales la ciudad es una gran fiesta. Cada barrio organiza sus propios conciertos, y no hay rincón en el que no se oiga música y griterío.

La fiesta se vive en todo el país. Al margen del de Río, el más multitudinario, son famosos también los de Recife, Salvador de Bahía y São Paulo. Eso sí, en todos ellos es imprescindible manejarse con la samba.

Tenerife. Las risas y las comparsas mandan en la cita tinerfeña del año

Es el más famoso de los carnavales españoles. Y no por méritos inmerecidos: Santa Cruz de Tenerife vibra todos los años con este colorido evento. Está considerado Fiesta de Interés Turístico Internacional, lo que le convierte en el de mayor importancia de España, y aspira a convertirse en Patrimonio de la Humanidad.

En el carnaval tinerfeño mandan las comparsas, murgas y grupos de disfraces. Uno de los momentos más esperados de la fiesta es la gala de elección de la reina tras el desfile de las aspirantes y sus tocados imposibles. Durante la semana que dura abundan los eventos y las fiestas, que inundan la ciudad para regocijo de los allí presentes.

Los amantes de los carnavales, además, se pueden configurar una agenda muy completa de visitas festivas. No en vano, los carnavales son una de las citas más esperadas en las islas, habiendo hasta cierta rivalidad entre las fiestas de las distintas localidades.

El carnaval de Las Palmas de Gran Canaria, que presume de tener cinco siglos de antigüedad, es el más conocido tras el tinerfeño, siendo la Gala Drag el evento más singular de la fiesta. También tienen renombre los de Mataculebra de Puerto de la Cruz, en Tenerife; el de la Playa del Inglés, en Gran Canaria, o el de los Llanos de Aridane, en la isla de La Palma.

Barranquilla. Colombia, mezcla de tradición católica y precolombina a todo color

No tiene la fama de los carnavales de Río o de Venecia, pero la fiesta de la localidad colombiana de Barranquilla es bien conocida en toda Latinoamérica. Su principal atractivo: la diversidad.

En Barranquilla se funden la tradición cristiana del carnaval, introducida en Colombia por españoles y portugueses, con ritos precolombinos y música negra. Esto último se debe a su pasado colonial, cuando se festejaba el día de la Virgen de la Candelaria (el 2 de febrero) como una fiesta de esclavos: por esas fechas aparecían por las calles los negros con instrumentos típicos y atuendos especiales, danzando y cantando.

El resultado: colorido y cumbia en pleno Caribe. Desfiles con motivos africanos, precolombinos y europeos. Y una gran fiesta que dura un mes: del 20 de enero (arranque del precarnaval) hasta el 21 de febrero.

De entre los eventos que conforman el calendario de los carnavales destaca la tradicional batalla de flores. Inaugurada en 1903, se trata de un desfile presidido por la reina del carnaval, que arroja flores a los espectadores. A esta le siguen carrozas, comparsas, grupos de bailes y disfraces, entre los que destacan las marimondas (encapuchados con largas narices), las gigantonas y los enanos cabezones.

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