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Columna
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Reino Unido: la realidad de Tesco

Cuando Philip Clarke se hizo con el mando de Tesco después del anterior presidente ejecutivo, sir Terry Leahy, en marzo de 2011, parecía tener una de las más dulces herencias corporativas. La empresa era fuerte en su mercado doméstico y crecía en otros países, a pesar de que la expansión en EE UU seguía estando pendiente.

Pero la época de Clarke ha visto cinco trimestres consecutivos de caídas en sus ingresos en Reino Unido. El último anuncio de una disminución del 2,3% (excluyendo el petróleo) durante el periodo navideño supuso un shock. Lo que causó ayer una fuerte caída en las acciones.

Es tentador pensar que Leahy dejó Tesco en menos buena forma de lo que se percibía desde el exterior, o que Clarke ha metido mucho la pata. ¿Es defectuosa la estrategia de la compañía -bajos costes y una sólida expansión de formatos, líneas de productos y espacio total al por menor-? ¿Era Leahy más carismático y menos eficiente de lo que parecía? ¿Le hace falta a Clarke un toque de inspiración?

Puede que sean ciertas todas estas cosas. Y puede achacarse a Clarke la responsabilidad del recorte de precios de 500 millones de libras, equivalente al 20% de las ganancias comerciales del año pasado en Reino Unido. Pero al nuevo responsable no se le puede culpar por la debilidad de la economía británica o el fortalecimiento de sus competidores. Y el juicio final sobre la iniciativa de Clarke debe esperar hasta la finalización del programa de recuperación de Reino Unido, que incluye inversiones y recortes de precios. Mientras, el esfuerzo de muchos años de Tesco por aumentar las ventas de mercancía general hace inevitablemente que la empresa sea más cíclica.

El Tesco de Clarke puede sufrir siempre al ser comparado con la época de Leahy. El éxito de la empresa durante las últimas dos décadas ha sido tal, que cada vez es más difícil aumentar cuota doméstica. Y mientras que en los mercados exteriores se ofrecen mayores rendimientos, también presentan más desafíos. Pero el modelo de Tesco no está quebrado y es importante tener en cuenta que las ventas totales -en Reino Unido y fuera- continúan avanzando. El legado de Leahy está intacto.

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