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Montoro, la Merkel de las autonomías

Día de contradicciones para la deuda española. Mientras el rating de Valencia queda a la altura del betún, los inversores se pelean por comprar bonos del Estado central. Una mala noticia y una buena, el Estado vuelve a pagar su deuda a tipos elevados, pero razonables, pero las regiones no tienen ni para pagar los gastos corrientes. Y, como no hay un mecanismo de soporte establecido, el grifo se cierra totalmente para el eslabón débil.

El informe de Moody's no deja lugar a dudas: el deterioro de la confianza del mercado en las cuentas de comunidades hará que incluso las que no tengan problemas de solvencia los tendrán por la vía de la liquidez, puesto que solo se pueden financiar a tipos muy altos y plazos muy cortos. Suena familiar, ¿verdad? Valencia es la Grecia de España. No tiene capacidad para financiarse, y mucho menos para pagar los 4.400 millones que vencen este año. Y el Estado central tiene (al menos a día de hoy, y con la ayuda del BCE) la capacidad para financiar a los eslabones más débiles... pero al tiempo se tiene que asegurar que se ponga coto a las desviaciones del déficit.

Montoro, pues tendrá que asumir un papel similar al de Angela Merkel, con la particularidad de que tiene que apretar las tuercas a compañeros de partido. Y de que España no tiene un BCE con el que pueda dar aire a los territorios obedientes.

Valencia no tiene dinero para pagar sus vencimientos de este año, 4.400 millones, aunque no tuviese déficit. No puede colocar bonos en el mercado minorista (si no pudo en diciembre, peor ahora) ni tiene acceso al mercado y, por si acaso, el sector financiero levantino ha sido aniquilado. El impago al Deutsche fue la primera señal, y se solucionó con la mediación del Tesoro. Como recuerda Moody's, la única forma de que Valencia tenga una calidad crediticia mínimamente aceptable es la combinación de un soporte explícito del Tesoro con un programa de ajustes que equilibre las cuentas. 

Es otra partida que tiene que jugar Mariano Rajoy. Probablemente en su agenda estuviese imponer la disciplina teutónica en las regiones después de las elecciones andaluzas. Pero no sé si tendrá tiempo. Si los vencimientos aprietan y España tiene que intervenir sus comunidades al estilo griego, también al estilo griego Montoro tendrá que exigir disciplina. De lo contrario, si ofrece soporte sin disciplina a cambio, el grifo de la financiación se cerrará también para el Estado.

Y, si hoy para nosotros es un buen día para recordar Terra Mítica, la Ciudad de las Artes, la Fórmula 1, el aeropuerto de Castellón, la Ciudad de la Luz y todos aquellos proyectos faraónicos ("se trata de hacer siempre la paella más grande del mundo·, como dice un amigo valenciano"), el día en que España se intervenga a sí misma, seguramente la prensa alemana recuerde a Angela Merkel que, en último caso, el fondo de rescate europeo estará pagando la megalomanía de la Generalitat. Aunque, en realidad, quien la va a pagar, y muy caro, son los ciudadanos de Valencia.

Música contra la crisis. Love, Alone Again or, esta vez en directo (homenaje al gran Arthur Lee)

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