España se enfrenta a otra recesión, pero ¿hay escapatoria?
Ya es vox populi. La economía española no se va a salvar de la contracción en el último trimestre de 2011. La síntesis de indicadores refuerza lo que se ha anunciado por activa y por pasiva: que la doble recesión está a la vuelta de la esquina. Pero, ¿hay escapatoria? No en el corto plazo, pero sí es posible volver al crecimiento si se hacen los deberes fiscales y disminuye la presión en los mercados.
Certificado de recesión. La economía española ha dado marcha atrás y volverá a contraerse en el cuarto trimestre de 2011. Cualquier indicio de recuperación se esfumó hace tiempo y ya es oficial que el PIB regresará a tasas negativas de crecimiento que le llevarán a una nueva recesión en 2012. Lo prevén los analistas, lo ha dicho el nuevo Gobierno y lo ha confirmado el Banco de España. Pero por si quedaba alguna duda, cada nuevo dato que se conoce echa más leña al fuego y la síntesis de indicadores refuerza lo que parece inevitable.
Los últimos datos de la actividad manufacturera y del sector servicios muestran claros síntomas de debilidad del tejido industrial y empresarial. Ambos índices se mantienen desde hace meses en el terreno de la contracción. El descenso del comercio minorista -uno de los mejores indicadores de coyuntura- en noviembre en un 7,2% anual, la tercera mayor caída del año, constata también el frenazo.
Por su parte, el Banco de España revela en su último informe mensual que el dinamismo del sector exterior pierde fuerza al tiempo que las matriculaciones de vehículos particulares presentan descensos intermensuales en octubre y noviembre en torno al 7%, tras la ligera mejora en el periodo julio-agosto. Los índices de confianza del consumidor sitúan su promedio por debajo de los niveles observados en meses anteriores. La inversión en bienes de equipo da señales de atonía en la recta final del año. Asimismo, la inversión en construcción prolonga su trayectoria contractiva, lo que se suma a la caída libre de la venta de viviendas y el mínimo histórico de la firma de hipotecas. Los indicadores de consumo intermedio experimentan intensas caídas, y el retroceso del empleo se acelera.
Un panorama del todo sombrío. Pero, ¿tiene España escapatoria? ¿Hay alguna posibilidad de evitar la temida W (doble recesión)? Parece imposible a la vista del nuevo plan de ajuste puesto en marcha por el Gobierno de Mariano Rajoy y que aún está por completar. El agresivo recorte del gasto público y la fuerte subida de impuestos para reconducir el déficit y cumplir con las exigencias de Bruselas deprimirán aún más el ya castigado consumo y la inversión. La ausencia de crecimiento impedirá además que se cree empleo y continuará la sangría del paro, el principal lastre de la economía nacional. Un bucle del que parece imposible salir.
El nuevo Ejecutivo ha dado un mensaje claro a Bruselas y a los mercados de que España no se andará con paños calientes para lograr la consolidación fiscal. No se descarta incluso una subida del IVA en los próximos meses. Las medidas presupuestarias adoptadas para corregir la desviación del déficit y cumplir los objetivos cuentan con el beneplácito de la Comisión Europea e incluso de Alemania, que las califica de "dolorosas pero inevitables". Unos deberes cuyo precio es el agravamiento de la situación económica en el corto plazo para regresar al crecimiento en 2013.
Josep Oliver, catedrático de economía de la Universidad Autónoma de Barcelona, está convencido de que siempre y cuando no haya otro tsunami exterior como el de la crisis de deuda que ha tambaleado el euro, España mejorará su situación en el verano de 2012 y crecerá en 2013. Explica que el país estaba "en una muy buena situación dentro de un contexto delicado en esta crisis tan larga en el verano de 2010. La escapatoria estaba dibujada a través del sector exterior con una mejora de la productividad y un modelo de moderación salarial. Pero cuando estábamos levantando la cabeza vino un choque exterior que arrastró a la economía y ha obligado al nuevo Gobierno ha acentuar el proceso de ajuste". No obstante, piensa que aunque el sector público pueda cambiar el ritmo en los próximos meses, los motores de la demanda interna avanzarán muy lentamente.
Oliver asegura que "no hay solución en el corto plazo, pero no soy pesimista a medio plazo si España y Europa siguen haciendo sus deberes". Prevé que si este año se recorta el déficit hasta el entorno del 4%, "en 2013 deberíamos ser capaces de llevarlo al 3% y la presión de los mercados sería menor". En este contexto, calcula que la economía regresaría a un crecimiento del 1%.
Para José Luis Martínez Campuzano, Estratega de Citi en España, solo un "rápido cambio de la percepción de los mercados financieros y de la inversión empresarial" puede dar una oportunidad a España. A su juicio, una mayor confianza "se traduciría en una importante mejora de las condiciones de financiación para el sector público y especialmente también para el privado", lo que "facilitaría la recuperación de la inversión productiva y la mejora de las perspectivas de consumo". "La mejora de los mercados haría el resto", añade. No obstante, el experto de Citi cree que no parece muy realista a corto plazo que esto se vaya a producir. "Lograrlo es más bien el resultado de una maratón y no tanto de una contrarreloj", apunta.