Balón de oxígeno para un sector en reconversión

Hace más de tres años que el mercado en general y España en particular espera que la confianza se restablezca de una vez y los inversores internacionales vuelvan a llamar a las puertas de las entidades. Ha pasado el tiempo y aún no se ha conseguido. Aunque comienzan a oírse voces, muy bajitas todavía, que apuntan a que puede que en 2012 se logre. Eso sí, antes la economía española debe atravesar todo el desierto en una travesía muy dura y en la que, como en toda expedición de película, tiene que haber muertos, y muertos destacados, que impresionen, que inciten a la reflexión.

Cuando se dio el pistoletazo para que se iniciara la reestructuración más importante de la historia de la banca española hace año y medio parecía que los fondos de inversión más importantes del mundo iban a convertirse en los dueños o, por lo menos, en parte de los accionistas más influyentes del sector financiero español. Solo era cuestión de que cayesen los precios de los activos de estas entidades para que comenzase lo que se dio en llamar el expolio de las cajas de ahorros.

Acaba de finalizar 2011 y las cajas de ahorros aún esperan la entrada de capital internacional en sus bancos. Pero no llega. Solo una, Novagalicia, insiste en que aún es posible que llegue el príncipe azul que la salve de ser subastada antes de septiembre. Necesita alrededor de 430 millones de euros para sortear su puja, tras conseguir 70 millones de inversores gallegos en diciembre.

La inyección masiva de liquidez del BCE rebaja la tensión en las cajas de ahorros

Pero sus homólogas confían poco en que la entidad gallega pueda cumplir sus objetivos.

Quien sí está cumpliendo sus planes, aunque el camino ha sido más arduo y traumático de lo que preveía cuando llego hace cinco años y medio a gobernador del Banco de España, ha sido Miguel Ángel Fernández Ordóñez.

Quería un sistema financiero más transparente y sin asimetrías entre un sector, las cajas de ahorros, y otro, los bancos. Para ello, las entidades de ahorro debían transformarse radicalmente y comenzar a cotizar. Y a pesar de que hace cinco años no se preveían las circunstancias en las que se ha desarrollado la transformación del sistema financiero español, el objetivo se ha cumplido. En julio dejará su cargo con los deberes hechos.

Las cajas se han transformado en bancos. Algunas de ellas, dos, cotizan: Bankia y Banca Cívica. Y los bancos han comenzado a comprar cajas. De momento, Banco Sabadell ya se ha quedado con Caja Mediterráneo (CAM) tras ser intervenida y subastada. Pero no será la única.

Cuando hace un año y medio algunos expertos y financieros aseguraban que en poco tiempo solo quedarían en España alrededor de una decena de entidades, pocos eran los que creían que esta teoría de cumpliría. Pero, al final, y como está sucediendo en los últimos dos años, lo que menos te esperas es lo que sucede finalmente.

Tampoco se preveía que en un ejercicio de transparencia sin precedentes en España la Casa del Rey publicase sus presupuestos y los sueldos de la familia real, como tampoco se esperaba que un día antes de finalizar el año se comunicase uno a uno los sueldos de los responsables de las cajas de ahorros que han recibido ayudas.

Tampoco se esperaba que fuese necesario que el Banco Central Europeo (BCE) tuviera que reforzar la barra libre de liquidez para que el sistema financiero europeo sobreviviese. El jueves un directivo de un banco español que había trabajado con Mario Draghi no podía ser más gráfico y definir mejor su admiración por el actual presidente del BCE. "Es un artista. No, mejor un mago. Ha conseguido convencer a Alemania de que iba a seguir sus consejos y ha hecho todo lo contrario y ha logrado satisfacer a todo el mundo. Los alemanes contentos y el resto de Europa, y sobre todo los españoles, contentísimos. La decisión de abrir el grifo de la liquidez en una subasta a tres años ha sido un balón de oxígeno que nos va a permitir respirar tranquilos durante una larga temporada. Esperemos que hasta se normalice la situación financiera de una vez por todas".

Las cajas también han celebrado esta apertura de liquidez, en la que la banca europea solicitó casi 500.000 millones de euros. Una parte de estas entidades españolas están condenadas a someterse a nuevos procesos de fusión, más por necesidad que por devoción.

El Gobierno de Mariano Rajoy quiere impulsar las fusiones para sanear definitivamente el sistema financiero. Las previsibles nuevas necesidades de provisiones como consecuencia de la rebaja de las tasaciones de los inmuebles adjudicados en poder de la banca van a provocar una hecatombe en el sector. Y una de las mejores soluciones será que las más fuertes absorban a las más débiles.

Pero en los interiores de estas entidades no solo pesa el ladrillo que aún no han digerido y que se ha convertido en el causante de su indigestión y parálisis y muerte. La falta de liquidez también se había convertido en una soga que día a día iba apretándoles más el cuello.

Varias cajas aseguran que tras la decisión del Banco Central Europeo tienen menos presión y se sienten más libres para buscar pareja, o incluso para rechazarla. Lo mismo asegura un banco español totalmente saneado, pero que, como todos, sufría la falta del maná de liquidez.

"La decisión del BCE supone un balón de oxígeno para el sector que nos permite relajarnos. Ya no tenemos una necesidad imperiosa de fusionarnos", aseguraba el miércoles un destacado director general de una caja.

Todo el sector sabe que habrá fusiones, pero también asegura que el cambio definitivo del mapa financiero ya no tendrá que realizarse imperiosamente en seis meses como pretende el Gobierno. "No da tiempo, y salvo que quiera someter a todo el sector a una tensión innecesaria tensando la cuerda de las provisiones hasta extremos asfixiantes, las fusiones se harán con más calma. Y es mejor. Hay uniones en las que todavía no llevan ni el 20% de la integración realizada. Sería un desastre imponer otra fusión por la fuerza. Las costuras podrían estallar", señala el directivo de otra caja.