Opiniones subjetivas con poder oficial
Las agencias de rating ganan el pulso a los Gobiernos a pesar del descrédito
Tienen un inmenso poder y está demostrado. Las agencias de calificación crediticia han sido, durante muchos años, uno de los principales jueces de los mercados financieros. Se trata, además, de una autoridad no oficial concentrada en manos de tan solo tres firmas todopoderosas: Moody's, Standard & Poor's y Fitch Ratings. Las tres vieron con buenos ojos el nacimiento de la moneda única en Europa, lo que fortaleció a los países de la zona euro y a su nueva divisa.
"La creación del euro y de los criterios de convergencia fue muy positivo. Los países mejoraron su calificación y la mayoría tenía triple A en aquel momento. Con el tiempo, los Gobiernos fueron tomando sus propias políticas y ahora se han endeudado mucho", señala David Galán, director de renta variable de Bolsa General. "Actualmente solo existe una unión monetaria, y el mercado exige también una unión presupuestaria, fiscal y mecanismos para que los países se alíen de verdad", añade.
Una de las características más importantes de estas entidades es que lo que otorgan son opiniones subjetivas (y no garantías) que son acatadas por el mercado como una verdad suprema. "Se supone que sus decisiones son algo subjetivo sobre una base metodológica determinada, y en la valoración está la subjetividad", señala José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España.
"Existen muchos intereses creados y se está haciendo mucho daño al sistema", apuntan fuentes del mercado
La crisis ha generado un intenso debate sobre la fiabilidad de estos agentes económicos y su reputación se ha visto gravemente afectada. Sin embargo, los últimos acontecimientos acaecidos en Europa han demostrado que siguen manteniendo una posición de gran fortaleza. "Ha habido un pulso entre los Gobiernos y el mercado y el segundo está ganando por goleada. Se hablaba de acabar con las tiranías del mercado, pero en vez de regularlo, este es el que está regulando a los Gobiernos", explica Galán.
Muchas de las economías europeas están viviendo ahora los momentos más difíciles desde el comienzo de la tormenta financiera. Las agencias de calificación se hacen eco de estos problemas y están llevando a cabo revisiones y bajadas de ratings que pueden poner en peligro la recuperación. "Existen muchos intereses creados y se está haciendo mucho daño al sistema, tanto al euro como a sus miembros", apuntan fuentes del mercado. Esta situación ha llevado a Bruselas a plantearse incluso la prohibición de publicar calificaciones de países en crisis. Aunque finalmente esta medida no se ha llegado a adoptar, el forcejeo entre agencias y Gobiernos continúa. Una de las últimas decisiones polémicas de S&P y Moody's ha sido la de revisar el rating de potencias como Alemania o Francia. "æscaron;ltimamente parece que estas firmas americanas solo analizan Europa, cuando la deuda de EE UU está peor que la de algunos países de la zona euro y, sin embargo, sigue manteniendo la mejor calificación posible", señalan fuentes del mercado. El debate sobre el poder de estas entidades no se ha cerrado y la búsqueda del equilibrio entre este y un marco regulatorio más eficaz aún no ha terminado.
Futuro incierto para las calificadoras
Las noticias y actuaciones de los reguladores europeos respecto a la actividad llevada a cabo por las agencias de calificación han crecido como la espuma en las últimas semanas.El futuro de estas compañías, cuyas decisiones han demostrado tener una fuerte influencia en el mercado, es todavía incierto. Los intereses creados y las metodologías de estas firmas están siendo investigados por la Autoridad Europea de Valores y Mercados (ESMA), que cuenta con la potestad de emitir multas o retirar la licencia para operar en caso de malas prácticas.La investigación, que se está llevando a cabo en las propias firmas continuará hasta finales de este mes. Son muchos los analistas que apuestan por la creación de una gran agencia europea de calificación que elimine el monopolio de las tres todopoderosas. Habrá que esperar.
Bajo la lupa de la Comisión Europea
"Pese a la adopción en 2009 y 2010 de legislación europea sobre las agencias de calificación, lo sucedido recientemente en el contexto de la crisis de la deuda en la zona euro ha puesto de manifiesto que nuestro marco reglamentario en vigor es insuficiente", señalaba a mediados de noviembre pasado la Comisión Europea.Este organismo ha presentado una serie de propuestas destinadas a endurecer este marco y a corregir deficiencias en el ámbito de las agencias de rating. Entre ellas se encuentra la necesidad de garantizar que las entidades financieras no confíen ciegamente y de manera exclusiva en las calificaciones crediticias para sus inversiones. "Las agencias y las entidades calificadas deberán proporcionar más y mejor información sobre los fundamentos de las calificaciones", apuntan desde la Comisión.Respecto a la deuda soberana, los Estados miembros serán calificados con mayor frecuencia (cada 6 meses y no 12) y se informará a los inversores y a los Estados sobre los hechos e hipótesis en que se basa cada calificación. Además, se introducirán criterios más estrictos de independencia de las agencias con el fin de eliminar conflictos de intereses. Por último, la Comisión motivará la asunción de responsabilidad en caso de que estas firmas infrinjan el reglamento.