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Destinos. Renovación

Entresijos de la puesta a punto de un coloso de los mares

La reforma del 'Splendour of the Seas' costó 40 millones y un mes de trabajo

Quién no ha visto un coche en un taller de reparación? Nadie se impresiona al verle las tripas a su propio automóvil -a menos que sea en el desguace-. La cosa cambia cuando se trata de un gran buque. Las propias magnitudes que rodean la renovación del Splendour of the Seas, uno de los cruceros que la compañía estadounidense Royal Caribbean opera en Europa y Suramérica, son de vértigo. Para empezar, sus 265 metros de eslora y 32 metros de manga exigen un dique seco gigantesco (300 metros de largo, 50 de ancho y 20 de profundidad).

En este caso se ha tratado del que tienen los astilleros de Navantia en Cádiz, a los que se encargó una operación saldada por unos 40 millones de euros. Ese es el precio de su puesta a punto: la normativa internacional exige que los cruceros sean revisados a fondo cada 15 años (el Splendour fue botado en 1996). Los buenos resultados del proceso le han valido, además, el contrato de renovación de un segundo buque de la compañía que llegará en mayo.

Tras asegurar la estabilidad del crucero, empieza el trabajo duro: más de 2.000 personas en turnos de día y noche y un sinfín de camiones faenaron contra reloj durante el pasado mes de noviembre para tener a punto la renovación del barco en un tiempo récord: tan solo un mes.

Más de 2.000 operarios de 150 empresas trabajaron 640.000 horas

Se reformó prácticamente todo, desde los camarotes, bares, tiendas y restaurantes hasta el puente de mando, pasando por la propia estructura del navío. Pasear por su interior era en cierto modo sobrecogedor, lo más parecido a ver un barco naufragado sin que este se haya hundido: tapices rotos, cables colgando, sillas y mesas amontonadas por doquier, olor a pintura y soldaduras... Las inmensas grúas de los astilleros sacaron más de 600 contenedores de basura y metieron 400 con repuestos.

Más allá de los interiores, entre los que destacan la implantación de centenares de pantallas planas, se han ampliado balcones, hasta los actuales 124, y alargado el puente de mando. También se le ha añadido al navío un nuevo alerón o ducktail y se le realizó el mantenimiento regular programado en las propelas, timones y ejes.

Tras su renovación, el Splendour zarpó el pasado 24 de noviembre rumbo a Lisboa, desde donde partió a Suramérica en busca del calor de las latitudes transatlánticas. Ese es el sino de los cruceros: vivir el verano perpetuo.

Inyección de moral en Cádiz

La renovación del Splendour of the Seas ha supuesto, ante todo, un golpe de aire fresco para la provincia de Cádiz, una de las que más ha sufrido con la crisis. En total, Royal Caribbean ha desembolsado 55 millones de dólares (unos 40 millones de euros), dando ocupación a unas 150 empresas y más de 640.000 horas de trabajo para unos 2.000 empleados. La renovación forma parte de un plan de 300 millones de euros puesto en marcha por la crucerista, que tiene 22 buques en activo. Para Navantia, los astilleros que realizaron el proyecto, la buena labor llevada a cabo en el Splendour le ha asegurado otro barco para mayo.Además, el propio buque atracó en Cádiz con centenares de trabajadores a bordo (alemanes, filipinos australianos, estadounidenses y un largo etcétera de nacionalidades), lo que ha revitalizado el comercio de la ciudad y particularmente el ocio nocturno.

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