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Espera una recuperación en la segunda mitad de 2012

Santander ve probable una nueva recesión en la eurozona

El banco señala que la eurozona sufre una "fuerte crisis de confianza" que ha afectado a las condiciones financieras, a la confianza de las empresas y consumidores y a la actividad.

El Banco Santander ve posible que la economía de la eurozona vuelva a caer en recesión, ya que espera que el Producto Interior Bruto (PIB) descienda en el cuarto trimestre de 2011 y probablemente también durante la primera mitad de 2012, según el Boletín Financiero de la entidad recogido por Europa Press.

El Santander señala que la eurozona sufre una "fuerte crisis de confianza" que ha afectado a las condiciones financieras, a la confianza de las empresas y consumidores y a la actividad. En concreto, apunta que las autoridades no han gestionado la crisis "de forma convincente", provocando una fuerte caída de la confianza en algunos países que ha afectado a las condiciones de financiación.

En su opinión, las iniciativas de las autoridades para estabilizar la situación han sido "significativas", pero el daño causado a la confianza es "suficiente como para que se produzca una caída de la actividad" en un momento en el que la región sufrirá la política fiscal restrictiva, especialmente los países de la periferia, y las tensiones financieras tardarán en desaparecer. Asimismo, la entidad también incide en que la implicación del sector privado en la quita de la deuda griega y la rotura del tabú de la salida del euro han cambiado radicalmente la percepción del riesgo en la eurozona. "Grecia pasaba por dificultades para llevar a cabo los ajustes prometidos en un entorno de fuerte recesión y los políticos italianos mostraban escasa decisión para aplicar las reformas clave para garantizar definitivamente su solvencia", explica.

Sin embargo, la entidad espera que la economía comience a recuperarse en la segunda mitad de 2012 y cree que el Banco Central Europeo (BCE), a pesar de su "aparente rechazo", llevará a cabo las compras de bonos necesarias para evitar que potenciales presiones del mercado provoquen situaciones de insolvencia.

Aún así, apunta que, auque el deterioro de la confianza de familias y empresas se ha frenado y su situación financiera ha mejorado, los riesgos sobre las previsiones "son elevados y se inclinan a la baja". "Las previsiones dependen del compromiso de las autoridades con los ajustes y reformas nacionales, y con la mejora de la arquitectura europea", añade.

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