Área euro 2012: entre el crecimiento débil y la recesión
La persistencia de las tensiones financieras en el conjunto del área euro está teniendo un impacto muy adverso sobre las expectativas de crecimiento económico del conjunto de la eurozona en 2012. Así, según las últimas proyecciones económicas publicadas por la Comisión Europea, el crecimiento del conjunto del área del euro se moderará con intensidad en 2012, hasta el 0,5%, previsto para 2011.
Efectivamente, a pesar de los pasos al frente en las negociaciones del Eurogrupo para construir instrumentos que permitan la sostenibilidad en el largo plazo de las finanzas públicas europeas, estos no han convencido de momento suficientemente a los inversores internacionales, cosa que se traduce en el mantenimiento de elevadas primas de riesgo no solamente en los llamados países periféricos (de los cuales España se va progresivamente desmarcando), sino también en las de economía centrales como Francia, Bélgica o Austria.
Las nuevas proyecciones de la Comisión Europea, pese a haber sido revisadas drásticamente a la baja desde la anterior previsión, no pueden considerarse en absoluto demasiado pesimistas, porque parten de un escenario central que estima que las tensiones de los mercados de deuda se suavizarán en el conjunto del año 2012, cosa que esperamos y deseamos pero que todavía está por demostrar. Este escenario, de crecimiento modesto, está, pues sujeto a una elevada incertidumbre, que incluye una posible recaída de la actividad. En suma, las expectativas no solo se han deteriorado con intensidad, sino que la persistencia de los problemas de financiación pública aumenta la probabilidad de un impacto adverso significativo sobre la senda de crecimiento.
En este contexto es más que previsible un ajuste adicional de las cuentas públicas, esta vez no solo de las economías periféricas, sino también de las economías centrales, como lo prueba el caso de Francia que ha debido aprobar un plan de austeridad, el más restrictivo desde la Segunda Guerra Mundial, que supone una reducción del déficit de 100.000 millones de euros hasta 2016.
Así pues, las proyecciones de crecimiento económico en el próximo año 2012 para la eurozona reflejan no solo una amplia asimetría entre economías, entre las que se observan caídas significativas de la actividad en las economías periféricas que han necesitado ayuda financiera, y crecimiento relativamente modesto del resto, sino que la contribución al crecimiento de la demanda interna se reducirá hasta la mitad, situándose en torno a 0,3 puntos porcentuales en 2012, desde los 0,6 esperados para 2011. La evolución de la demanda externa también será inferior a la de 2011, debido a una menor expansión de las exportaciones, en un entorno de menor crecimiento mundial.
En el caso de España, el pronóstico de la Comisión Europea, con una previsión de crecimiento del producto interior bruto del 0,7% en 2012, parece, hoy por hoy, excesivamente optimista, sobre todo si se compara, por ejemplo, con la media de las estimaciones de los servicios de estudios españoles que participan en el panel de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas) y que prevén un crecimiento de la economía española de solo el 0,2% para el próximo año. El ajuste fiscal de 16.500 millones de euros en 2012 anunciado por el nuevo presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el previsible mantenimiento de la restricción crediticia durante todavía algunos trimestres, mermarán necesariamente el crecimiento potencial, agudizando el deterioro del mercado laboral. Todo ello provocará que la contribución al crecimiento de la demanda interna continúe siendo negativa, siendo la demanda externa, a través de las exportaciones y del turismo, el único factor de crecimiento con el que, de momento, podemos contar.
Xavier Segura. Director del Servicio de Estudios de Catalunya Caixa