Guindos, partidario de los 'bancos malos'
Mariano Rajoy fue, como buen gallego, bastante ambiguo en su discurso de investidura sobre si el nuevo Gobierno accedería a una de las peticiones de la banca, sobre todo de las cajas de ahorros, de crear un banco malo que aglutine los activos tóxicos, principalmente el suelo. Presionado por las insistentes preguntas de Izquierda Unida sobre este tema, Rajoy contestó que no tenía prevista la creación de un banco malo. No obstante, su nuevo equipo parece ser muy consciente de que este problema existe y debe resolverse.
Su fichaje estrella para el nuevo Ejecutivo, Luis de Guindos, titular desde la semana pasada de la cartera de Economía y Competitividad y que será el artífice de la reestructuración del sector financiero español, advertía hace ya 11 meses de los riesgos latentes en el sector financiero. "Mientras que los balances contengan activos improductivos y no se conozca con exactitud su verdadera naturaleza, el crédito para proyectos rentables seguirá estancado", señalaba en la presentación del informe "Objetivos y consecuencias de la nueva reforma del sistema financiero español", elaborado por Guindos, entonces director del Centro del Sector Financiero de PriceWaterhouseCooper y la IE Business Scholl, y su equipo.
En el citado informe, presentado el pasado mes de febrero, se indicaba además que "la venta de acciones a inversores privados supone un incentivo claro a la creación de bancos malos privados en los que aislar los activos dañados, especialmente inmobiliarios. Esta estrategia debe ser diseñada cuidadosamente, ya que su matriz -que sería también la matriz del banco bueno- respondería de posibles quebrantos en el banco malo, lo que podría llegar a afectar patrimonialmente a otras empresas del grupo".
Por tanto, sea cual sea la solución elegida -banco privado, público o mixto- lo que parece evidente es que el nuevo Gobierno tiene como una de sus prioridades este tema en su agenda.