China impondrá fuertes reducciones de emisiones a sus coches desde 2014
La capital económica de China, Shanghái (este), pretende sacar de sus carreteras a más de 60.000 vehículos altamente contaminantes en los próximos dos años y obligar a los que se matriculen en la ciudad desde ahora a que cumplan con estándares de emisiones equivalentes al europeo Euro V para 2014.
Según recoge hoy el diario oficial Shanghai Daily, la Oficina de Protección Medioambiental de Shanghái pondrá en marcha un plan para reducir los alarmantes problemas de contaminación que, como en todas las grandes urbes chinas, sufren los 23 millones de habitantes de la metrópoli oriental.
Para ello pondrá en marcha la obligación formal de cumplir con los estándares de emisiones China V, equivalentes a los europeos Euro V, que reducen la cantidad de dióxidos sulfuros que liberan los vehículos en cerca de un 80% en comparación con los estándares China IV, que se imponen, teóricamente, en la actualidad.
Sin embargo, aunque oficialmente Shanghái, Pekín y Cantón imponen estos estándares similares al Euro IV desde 2008, en la práctica el 74% de la contaminación local viene de los 280.000 vehículos (el 17% del total de la ciudad) que ni siquiera cumplen los China I para gasolina ni los China III para queroseno.
De las cifras proporcionadas por la propia prensa oficial se deduce que los vehículos que no cumplirán la normativa china para 2014 rondarán todavía los 220.000.
"La contaminación de los automóviles es más dañina para la salud de la población que la contaminación industrial (tanto de las afueras de la ciudad como la que llega de otras provincias), ya que los automóviles están mucho más cerca de la gente", advirtió Cai Zhigang, responsable de la oficina mediambiental.
Según Cai, el tráfico de Shanghái genera el 90% de las partículas orgánicas volátiles que se respiran en la ciudad china, así como el 66% del dióxido de nitrógeno de su aire.
El plan de las autoridades, presentado ahora, asegura que, cuando entre en práctica, "más del 90% de los vehículos podrán cumplir con el nuevo estándar de emisiones para 2014".
Según el Ministerio de Protección Medioambiental chino, el 40% de las 113 ciudades más grandes de China, cada una con millones de habitantes, sufre niveles de contaminación superiores incluso a los laxos límites oficiales que marcan las leyes medioambientales del gigante asiático.
En Shanghái, pese a estar fuera de ese 40%, la situación es alarmante ya que dentro de la escala de mediciones china su aire fue clasificado en el estudio como de "calidad limpia", lo que contrasta violentamente con lo que respiran a diario sus habitantes.
Como en todas las grandes urbes de China, muy a menudo una espesa neblina envuelve los más de 15.000 rascacielos de Shanghái, cuyos habitantes sufren con frecuencia tos seca, irritación de ojos, dificultades para respirar y fatiga, aunque están habituados a pasar períodos de fuerte contaminación.
En la actualidad China sólo contempla en sus lecturas de polución las partículas de tipo PM10 (de entre 10 y 2,5 micras de diámetro) y deja fuera de sus mediciones a elementos más pequeños que pueden ser muy peligrosos para la salud, de tamaño PM2,5 (con un diámetro menor a 2,5 micras).
Con ese tamaño, unas 30 veces menor que el diámetro de un cabello humano, las partículas puede alojarse en las profundidades de los pulmones e incluso entrar en el flujo sanguíneo, lo que a largo plazo puede causar graves deterioros de la salud e incluso la muerte de los afectados.
Shanghái es una de las 68 ciudades estudiadas con niveles de contaminación dentro de los límites que marca la ley china.
Aun usando sistemas de medición anticuados (para PM10), en mayo Shanghái registró sus índices de contaminación más altos de toda su historia, con varios días por encima del máximo de 500 puntos en la imperfecta escala china, según la cual, por ejemplo, la ciudad tuvo sólo 29 días de contaminación en 2010.