La recompensa al trabajo silencioso
Su nombre estuvo desde el principio en todas las quinielas para ser ministro. Los rumores se dispararon a finales de noviembre, cuando Miguel Arias Cañete (Madrid, 1950) acudió a Francia a un encuentro con el jefe de la diplomacia francesa, Alain Juppé, y fue recibido como el nuevo ministro de Asuntos Exteriores. Se equivocaron, pero solo de cartera. Rajoy le ha escogido para gestionar el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, unas materias que conoce bien porque ya fue ministro de Agricultura entre 2000 y 2004.
Entonces tuvo que bregar con situaciones que pusieron a prueba su capacidad de gestión como la crisis de las vacas locas, el vertido del petrolero Prestige frente a las costas gallegas o los brotes de peste porcina y de fiebre aftosa.
Hombre de confianza de Aznar, desde que el PP perdió las elecciones en 2004 ha estado al lado de Rajoy en la ardua labor de oposición y ha sido el presidente del Comité Electoral, encargado de elegir los candidatos para las autonómicas y las locales. La supremacía del PP, que gobierna en 11 regiones, avala su trabajo.
La tarea principal de Miguel Arias -como le llama Rajoy- será negociar las ayudas europeas (13 años como europarlamentario le respaldan) y, sobre todo, mantener el statu quo actual de España como segundo perceptor de fondos agrícolas (6.090 millones, tras Francia) y el tercero en los de desarrollo rural (1.562 millones).
Seguidamente se enfrentará al reparto nacional de estas ayudas que, sin duda, abrirá luchas internas. En este sentido, Cañete, muy vinculado a Jerez de la Frontera, lidiará con la oposición del campo andaluz. También deberá elaborar un nuevo Plan Hidrológico Nacional, restablecer el acuerdo de pesca con Marruecos y perfilar el papel de las energías renovables y la nuclear.