La presidenta de Tragsa desaconseja la privatización del grupo
María Luisa Graña, presidenta de la ingeniería pública Tragsa, tiene claro que el cambio de Gobierno se traduce en su próxima salida del grupo, en el que entró en 2007 y preside desde 2009. "Tengo una excedencia en el puerto de Vigo fue secretaria general de la Autoridad Portuaria de Vigo y mi plan es volver", comentó ayer en un encuentro con periodistas.
Graña reconoce que la plantilla de Tragsa muestra preocupación ante los planes del nuevo Ejecutivo respecto a las empresas públicas. Pese a que no ha trascendido nada sobre el futuro de ingenierías como Ineco o Tragsa, la presidenta de esta última se adelanta a cualquier decisión desaconsejando la venta al capital privado. "La acción de Tragsa no tendría valor en una privatización porque perdería su naturaleza de medio propio instrumental de la Administración".
Tragsa, participada por la SEPI (51%), el Fondo de Garantía Agraria (39%) y distintas comunidades autónomas (10%), recibe contratos en España a través de encomiendas de gestión, en las que no media un concurso. Una circunstancia que ha llevado al sector privado de la ingeniería a quejarse en reiteradas ocasiones de competencia desleal.
Para Graña, resulta estratégico mantener la titularidad pública de Tragsa por su papel de gestión en emergencias, cooperación con el Gobierno en el exterior y como palanca para la internacionalización de la ingeniería privada española.
La cita informativa de ayer, con sabor a despedida, también sirvió para adelantar los resultados de 2011. En un contexto de recortes por parte de la Administración, las ventas alcanzan los 955 millones (-24%). El beneficio, por su parte, cae hasta los 14 millones (-50%). Tras un duro plan de ajuste, en el que Tragsa ha pasado de 22.000 empleados en 2010 a 14.900, Graña opina que el próximo presidente deberá mantener una política restrictiva.
Tras un 2012 que se antoja complicado, Tragsa prevé consolidar sus ventas en torno a los 1.100 millones a partir de 2013. La salida fuera de España es clave, por lo que se busca mercado en Suramérica y Europa del Este.