El verdadero nudo gordiano está en el suelo

La restricción del crédito bancario al sector privado es el "verdadero nudo gordiano" para recuperar el crecimiento económico, según reconoció ayer Mariano Rajoy, que dio un plazo de seis meses para culminar el interminable proceso de reestructuración financiera en España y para acabar de una vez con la pesada digestión del stock inmobiliario. Seis meses de titánica tarea: venta de inmuebles en manos de la banca, valoración "muy prudente" de los activos menos líquidos -es decir, el suelo-, reconocimiento inevitable de las pérdidas latentes en los balances y, como consecuencia final, más fusiones y más capital para mantener la solvencia. Rajoy no dio sin embargo detalles de la profundidad de su propuesta, de cuál deberá ser la valoración que se haga del suelo, el otro gran nudo gordiano para determinar el impacto en cuentas de resultados y necesidades de capital.

La gran banca española, con Emilio Botín a la cabeza, ya se ocupó la semana pasada de desestimar la creación de un banco malo, que obligaría a todas las entidades por igual a reconocer las debilidades de su balance. Pero aunque no haya banco malo, la asunción de pérdidas latentes o incluso "ocultas" que apuntó Rajoy -con un aumento quizá de la exigencia de provisiones para el suelo- forzará a retratarse igualmente a todo el sector, no solo a los más débiles, ni solo a las entidades nacionalizadas. En definitiva, Rajoy deberá lidiar con la resistencia de la banca a reconocer más pérdidas que dinamiten su cuenta de resultados, como paso previo a una nueva vuelta de tuerca a las fusiones. Sin olvidar que nadie querrá bailar con la más fea si no es a cambio de fuertes garantías, como ya quedó demostrado con CAM. Todo sea por el crédito.