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Tribuna
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España debe estar en el núcleo duro del euro

Creo que ya es hora de despedirnos del derrotismo y de las inseguridades. Estos últimos años, donde desde el nivel político se ha ejercido una cierta forma de antiliderazgo, deben quedar atrás y nuestro país tiene que recuperar la confianza en sí mismo y en sus capacidades.

Es preciso que España vuelva a ponerse en primera línea europea. La situación actual no pone la idea de Europa en entredicho, antes al contrario, existen problemas porque no se ha alcanzado un grado suficiente de integración política y económica. Existe insolidaridad en los países en torno a Alemania y una falta de voluntad, de liderazgo y mucha desconfianza en otros.

España debe estar a toda costa en el núcleo duro europeo, eso significará continuar la modernización que ha experimentado la sociedad en los últimos decenios. Significará la mayoría de edad definitiva e ineludible en el plano económico internacional.

No se puede vacilar ni dar pasos atrás en esta coyuntura. Hay que abordar de un solo golpe todas las medidas necesarias, un plan de acción único y global. El abordar de forma parcial, insuficiente y paulatina las medidas de ajuste está agotando psicológicamente a los ciudadanos. Un mensaje claro y único, un sacrificio fuerte pero con un horizonte claro de salida, un salto cualitativo por una sola vez es preferible.

¿Cuáles serían los ejes de este plan de choque?

Reforma y simplificación de la legislación laboral. Un solo contrato con una indemnización razonable, que no desincentive la contratación.

Debemos apostar por nuestras empresas y por nuestros empresarios. En una economía de mercado son ellos quienes crean riqueza y empleo y no el Estado, que como máximo redistribuye el producto, y muchas veces de forma ineficiente.

Desburocratización de la sociedad.

La filosofía debe centrarse en la creación de riqueza, luego ya discutiremos cómo redistribuirla.

Reforma radical de la educación: no al igualitarismo, premiar el esfuerzo y el mérito. Introducir la asignatura de Economía en los planes de estudio desde primaria.

Reforma del Estado a fin de conservar su funcionalidad y su esencia: reducción del número de autonomías, supresión de las diputaciones, fusión de municipios…

Reducción en el número de funcionarios elevando y no reduciendo su remuneración. Que sea un funcionariado de élite como en Francia.

Reducción drástica de gastos no imprescindibles. Austeridad.

Conjugar mejor en el inconsciente colectivo los deberes y los derechos. Primero generar, luego repartir.

Abrir el melón y emprender una sería política migratoria.

Mejorar radicalmente el liderazgo político, tras las elecciones existe una gran oportunidad.

Los tiempos de cambio han sido desde siempre tiempos también de oportunidades. Necesitamos grandes líderes. Los partidos políticos no deben temer tomar medidas por duras que sean. La experiencia de lo acaecido con CiU en Cataluña, que ha ganado escaños en las elecciones generales tras anunciar antipáticos ajustes, nos dice que el ciudadano no es menor de edad y premia a quienes toman decisiones difíciles pero necesarias.

Armémonos de valor y de valores. Demostremos a nuestros socios europeos, al mundo, a nuestra juventud y a nosotros mismos que somos capaces de hacerlo. Es posible y será una gran inversión de futuro.

Gerardo Gimeno. Doctor en Ciencias Económicas y Empresariales. Socio de Gigri

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