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El mercado mantiene sus dudas sobre el dividendo y los resultados

Telefónica abre la caja de Pandora

Telefónica ha hecho lo que todos descontaban: recortar el dividendo. Pero este movimiento ha levantado casi más incertidumbres de las que ha despejado.

Ni sí ni no ni todo lo contrario. Telefónica ha hecho lo que ese ente indefinido llamado consenso del mercado le pedía, pero no por ello ha recibido una palmada en la espalda como respuesta. Finalmente, la operadora se ha decidido, tras casi una década de subidas fulgurantes y después de incesantes negaciones, a tocar su emblema hacia el inversor, su sacrosanta señal de identidad en la Bolsa: el dividendo. Y la reacción ha sido tibia.

Al menos, el miedo a un desplome bursátil se ha conjurado. Las acciones de la operadora han caído en un mercado al alza, pero el recorte ha sido del 0,99%. Nada dramático dadas las circunstancias. Eso sí, se trata de una bajada adicional en un valor que ya acumula un retroceso anual superior al 23% cuando el Ibex se queda en poco más del 16% de castigo.

"Recorte del dividendo, no de las incertidumbres", titulaba UBS su nota explicativa de la decisión adoptada ayer por Telefónica. Esa ha sido la reacción general de los analistas, pese a que todos daban por hecha la rebaja de la remuneración.

¿Qué ha pasado? Uno de los problemas es que Telefónica negaba hasta hace un mes cualquier cambio en su política de dividendo. El presidente de la compañía, César Alierta, lo descartó hace poco, mientras que el director financiero, Ángel Vilá, aseguró en noviembre que solo se tocaría la retribución si el rating de la compañía abandonaba la triple B, algo que no ha sucedido.

Por eso la decisión tomada ahora despierte dudas. "¿Hay algún problema de liquidez?", preguntaba ayer un analista a los directivos de Telefónica en la conferencia que convocaron para explicar la rebaja del dividendo. "Es muy posible que alguna agencia fuera a rebajarles la calificación", afirmaba otro experto esta mañana.

Y es que los datos que rodean el recorte del dividendo no invitan a la tranquilidad. Los resultados del tercer trimestre fueron peores de lo previsto y los datos operativos en España de octubre, conocidos hoy, revelan que Telefónica siguió perdiendo clientes en fijo y en móvil a pesar de las bajadas de precio. La ecuación es preocupante: cuando la operadora se decide a sacrificar su Ebitda para atraer usuarios, los nuevos clientes le dan la espalda, pero los antiguos aprovechan el recorte de tarifas para rebajar su factura a final de mes. ¿Resultado? Pérdida de ingresos por doble vía.

De ahí que varios analistas se pregunten si el próximo paso de Telefónica es recortar su previsión de resultados para el año que viene. Así se lo preguntaron ayer al director financiero y la respuesta fue emplazar a los oyentes a la presentación de los resultados anuales, el próximo febrero. Las apuestas empiezan a afilarse; al menos dos expertos dan por seguro un profit warning en ese momento y eso que las estimaciones dadas por Telefónica no eran muy optimistas: crecimiento de ventas entre el 1% y el 4% anual hasta 2013. Eso fue lo que dijo el pasado mes de abril y ahora se duda de que pueda cumplirlo.

El recorte del dividendo no ha conseguido aplacar las dudas ni sobre sí mismo. La nueva retribución a los accionistas para 2012 todavía supone el 97% del flujo de caja libre, recuerda Nomura. Telefónica aseguró ayer que, esta vez sí, el dividendo es sostenible. Claro que también antes decía que lo era.

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