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Columna
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S&P no cambiará la ecuación del euro

La masiva advertencia de Standard & Poor's (S&P) ha sido espectacular, pero su impacto será limitado. La agencia de calificación amenaza con rebajar la nota de todos los miembros de la eurozona -a excepción de Grecia y Chipre- si los líderes no alcanzan un plan creíble en la cumbre de esta semana. La declaración de S&P puede añadir algo de presión, pero no cambia los términos de la ecuación de la eurozona. Los Gobiernos deben mostrar su seriedad frente a una reforma fiscal para despejar el camino para que el Banco Central Europeo (BCE) apague los fuegos más acuciantes.

Cuando se trata de deuda soberana, las agencias no dicen a los inversores nada que no sepan: todos los datos son públicos y el trasfondo político está ahí para que cualquiera pueda interpretarlo. Esa es la razón por la que los rendimientos de los bonos apenas han variado con las noticias. Incluso Francia, señalada por S&P como el único miembro de la eurozona que podría sufrir una rebaja de dos grados vio subir ligeramente los rendimientos de sus bonos a diez años.

La naturaleza colectiva de la advertencia de S&P también amortigua su impacto. Las calificaciones soberanas son relativas. Si se rebajara la nota de todos los países a la vez, AA se convertiría simplemente en una nueva AAA. Pero los costes de endeudamiento de la eurozona pueden aumentar de alguna manera si S&P persiste con su amenaza. El fondo de rescate de la eurozona, el Fondo Europeo para la Estabilidad Financiera, también perdería su máxima calificación. Por otra parte, sus costes de financiación ya han ido subiendo a medida que los inversores marcaron el precio de la posibilidad de una rebaja. El problema más apremiante para los líderes de la eurozona es convencer al BCE de su compromiso de reforma. Mario Draghi, presidente del banco central, ha dado a entender que necesita esa señal antes de liberar completamente la capacidad de lucha del BCE con una bajada de interés, estableciendo una facilidad de liquidez a largo plazo para los bancos y con una compra más decidida de bonos soberanos. A pesar del compromiso francoalemán de esta semana sobre la modificación de los tratados, es aún demasiado pronto para decir que las estrellas comienzan a alinearse en esa dirección.

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