Aún más capítulos
Los sospechosos habituales arrastraron finalmente a American Airlines. Su empresa matriz AMR era la única aerolínea grande de Estados Unidos que había evitado la bancarrota -hasta ahora-. Los rivales ya habían despejado lo peor de sus desventajas. Ahora Thomas Hortin, el nuevo presidente ejecutivo de AMR, tiene la oportunidad de reducir los costes laborales de la empresa y la carga de la deuda. Pero American todavía se enfrenta a altos costes en el combustible y una competencia ruinosa. Evitar la quiebra durante tanto tiempo ha sido un logro. La década pasada fue particularmente brutal. Las aerolíneas de EE UU perdieron más de 50.000 millones de dólares, o más del 3% de sus ingresos.
Los principales rivales de American ya han pasado por el proceso de limpieza de la bancarrota de la década pasada, y para algunos no era la primera vez. Esto les permitió reducir los sueldos, las rutas no rentables, las cargas de la deuda y los costes de servicio, y las obligaciones de jubilación. Como pasa a menudo en las industrias en crisis, eso dejó a la última compañía que resistió -American, es este caso- en desventaja, incluso durante los buenos tiempos que rara vez se daban. Mientras que la reestructurada United Continental tuvo un margen neto de más de un 6% en el primer trimestre, AMR perdió 162 millones de dólares de un beneficio de 6.400 millones. El proceso de bancarrota de AMR ayudará a reducir esa diferencia.
Aunque mejor no es sinónimo de bueno, al menos para los inversores. El antiguo jefe de American Bob Crandall es solo uno de los muchos que señalaron que "las líneas aéreas no son una inversión". Es muy fácil comenzar una nueva aerolínea y que surja la esperanza eterna para los ejecutivos y patrocinadores recién llegados.
La competencia enseguida se pone al día, especialmente en EE UU y los altos precios del petróleo no ayudan. Y cada vez que el crecimiento económico mundial se desliza por debajo del 2%, la industria de todo el mundo pierde dinero, según reconoce la International Air Transport Association. Lo mejor que puede decirse del capítulo 11 de AMR es que la empresa vivirá para luchar de nuevo.