La prensa asegura que Merkel estudia lanzar bonos con otros cinco países
El Gobierno alemán desmintió hoy que estudie la adquisición conjunta de bonos con otros cinco países de alta solvencia crediticia -la llamada triple A-, como informaba hoy el diario 'Die Welt', que se remitía a fuentes diplomáticas.
El Gobierno alemán desmintió hoy que estudie la adquisición conjunta de bonos con otros cinco países de alta solvencia crediticia -la llamada triple A-, como informaba hoy el diario Die Welt, que se remitía a fuentes diplomáticas. Fuentes del ministerio de Finanzas rechazaron que se esté planteando esta posibilidad, que el rotativo calificaba de solución barajada por la canciller, Angela Merkel, en caso de que la totalidad de los 27 miembros no respaldaran los cambios en el Tratado de la Unión Europea que pretende.
El diario conservador alemán Die Welt afirmaba en su edición de hoy que la mandataria estaría estudiando crear unos bonos premium junto con otros paíes con la misma calificación (Francia, Finlandia, Holanda, Luxemburgo y Austria).
Estos bonos conjuntos podrían usarse no solo para financiar a estos sesis países, sino también para captar recursos para países como Italia o España, siempre bajo unas estrictas condiciones. El objetivo, de esta manera, sería crear un "cortafuegos creíble para calmar a los emrcados financieros", asegura el rotativo. El tipo de interés para estos papeles oscilaría entre el 2% y el 2,5%.
Las informaciones de "Die Welt" siguen al goteo de filtraciones del pasado fin de semana acerca del presunto plan franco-alemán, a presentar a los socios el próximo 9 de diciembre, en Bruselas. El dominical de este rotativo, Welt am Sonntag, afirmaba ayer que Berlín y París se plantean allanar el camino para que el Banco Central Europeo (BCE) compre deuda de forma masiva, algo que hasta ahora rechazaba Merkel.
A cambio, la canciller y el presidente francés pretenden que se aprueben una serie de cambios en los Tratados, que acabarían con la fórmula actual de los acuerdos por consenso entre los 27 y favorecería los acuerdos bilaterales. Asimismo, los estados deberían aceptar un estricto control de los déficit nacionales y sancionar una supervisión presupuestaria supranacional.
Los firmantes contarían, en contrapartida, con la ayuda permanente del Banco Central Europeo (BCE) que apoyaría a los países comprometidos con la consolidación fiscal y actuaría de forma contundente en los mercados para mantener bajos los tipos de interés de sus bonos.