Flores de primavera todo el año
Un invento de Repsol y Uponor garantiza la desestacionalización de las ventas.
La tecnología ha introducido un nuevo actor en el competitivo mercado de las flores. El invernadero de La Veguilla, a las afueras de Madrid, ha podido sumarse este invierno a los proveedores de prímulas de todos los colores gracias a un invento de Repsol: la climatización invisible.
La compañía ha elegido la Fundación Promiva, dedicada a la inserción de personas con discapacidad psíquica, para poner en marcha el primer sistema de climatización que genera frío en verano y calor en invierno, asegurando la rentabilidad del invernadero durante todo el año.
"Climatizar toda la superficie resulta muy caro. Con este sistema podemos calentar cada mesa de cultivo, y no todo el espacio", explica Marisé Borja, directora de I+D de la Fundación Promiva. El sistema de Repsol, en el que también participa Uponor, consiste en una serie de tuberías situadas en las mesas del invernadero, por las que circula el agua a temperatura óptima para cada cultivo. El diferencial de temperatura se logra con bombas de propano.
La distribución de calor y de frío se realiza mediante suelo radiante. En el caso de La Veguilla, se trataba de aplicar frío a la raíz de las prímulas que se cultivan en este invernadero durante el verano, para venderlas en invierno. "Estas flores se llaman también primaveras porque el frío del invierno favorece su florecimiento en esta estación. La idea con el sistema de climatización invisible es que florezcan en invierno porque se ha podido absorber el calor en verano", añade Borja.
La compañía había probado soluciones de todo tipo para lograr este efecto, que se consigue cuando las mesas enfrían solo la raíz de la planta. La diferencia de temperatura de las macetas respecto al ambiente puede subir hasta los 8 grados. Esta diferencia supera los 10 grados entre las mesas de cultivo y el ambiente del invernadero.
"Hemos llegado a poner prímulas a cultivar junto a los ríos y al lado de aparatos de aire acondicionado, para que enfriaran", cuenta Borja. Sin éxito, porque aunque diera resultado, no florecían todos los colores (amarillo, rojo, violeta, rosa), sin los cuales el mercado no acepta este producto.
"Este sistema de cultivo hace posible llegar a los mercados con plantas de más calidad en un menor plazo de tiempo, lo que hace más competitivas en tiempo y precios a las instalaciones que lo emplean", explican desde Repsol. Las prímulas llegan a los comercios con una forma casi idéntica, porque su crecimiento ha sido uniforme, siendo así más competitivas.
Esta flor, en declive en los últimos años, ocupa el tercer lugar en el mercado floral, detrás de la petunia y el pensamiento. La Veguilla, que vende seis millones de flores cada año, ya estaba en el mercado de las prímulas. La diferencia es que ahora "podemos llegar antes", en el mes de noviembre, e incluso en el futuro competir en otros mercados, como el holandés, líder en el comercio de flores en Europa.
Repsol ya había desarrollado este sistema de climatización en grandes superficies, como aeropuertos. Este es su primer experimento en el sector floral, al que el invernadero recurrió tras leer una tesis doctoral en 2002 sobre el enfriamiento artificial de plantas, para rentabilizar el invernadero durante todo el año.
La cifra
10 grados es la diferencia de temperatura que puede llegar a haber entre las mesas de cultivo y el ambiente del invernadero.
El propano, más eficiente
La solución que se ha puesto en marcha en el invernadero de La Veguilla a base de gas propano garantiza, según la compañía, una combustión más eficiente y más respetuosa con el medio ambiente que la climatización tradicional, porque aplica calor o frío directamente en la planta, sin necesidad de refrigerar todo el espacio. El suministro de propano en invernaderos, normalmente alejados de zonas pobladas y urbanizadas, es una solución cómoda y barata porque no requiere infraestructura de suministro. El diferencial de ahorro en energía primaria respecto a una bomba de calor eléctrica convencional puede alcanzar hasta el 30%, haciendo viable económicamente el invernadero durante todo el año.