_
_
_
_

La tarea de Mariano con la banca

Comentábamos ayer si el Banco de Valencia sería la última entidad protagonista de la tan española patada a seguir. Hoy publicamos la noticia de que el Banco de España prepara, cerrado el proceso electoral, una segunda oleada de fusiones bancarias para sanear el sector. Uno se imagina a MAFO como a Tim Geithner en Too Big to Fail, mezclando sobre la mesa de su despacho fichas con BBVA, Santander, La Caixa, Popular, Bankinter o CAM. La idea pretende dar salida a los cuantiosos activos con los que ha engordado el Frob en pocos meses: Catalunya Caixa, NovaCaixaGalicia, Unnim, CAM y Banco de Valencia. 272.000 millones en activos. Y la idea de juntar entidades sanas con entidades enfermas para que absorban las pérdidas no es precisamente nueva.

Yo, la verdad, no veo mucho recorrido en este esquema, salvo que se ponga en marcha con un sistema de apoyo financiero público. Dicho de modo un poco más crudo: se podría forzar a los tres grandes (BBVA, Santander y La Caixa) a que absorban alguna de las entidades medianas, o a que se queden con alguna de las firmas nacionalizadas. Pero los grandes ya están probando todo tipo de fórmulas para cumplir con los requisitos de capital antes de absorber hermanos pequeños, y el dinero para cubrir posibles necesidades de financiación tendrá que salir de algún sitio.

El FROB es el primer candidato. Pero, con problemas para financiar incluso la deuda a tres meses, el Estado no está como para ir repartiendo dinero a gran escala. Como sucede con los dos grandes, en términos financieros el Tesoro puede asumir agujeros de capital como el de Banco de Valencia, pero no puede abordar una recapitalización a gran escala. Ni el Tesoro puede, ni políticamente sería posible a la vez imponer recortes y repartir miles de millones de euros a la banca. Algo parecido sucede con el banco malo. Quizá hace un par de meses habría sido posible. Hoy, mientras el Estado no reciba apoyo financiero de Europa o del FMI, no es posible.

El catálogo de soluciones se agota. No hay dinero, ni privado ni público, suficiente para abordar un saneamiento. Con lo que, o bien se mantienen las cosas como están y rezamos todos para que, esta vez sí, MAFO tenga razón y no vengan más sorpresas, o se aborda el problema de otro modo. Dinamarca intervino el banco Amargerbanken a principios de año pero, en lugar de la solución irlandesa de garantizar el 100% de las deudas, optó por garantizar solo los depósitos de clientes por debajo de un determinado umbral, valorar los activos y aplicar una quita del 41% a los tenedores de deuda. Así, quien invirtió en bonos, deuda subordinada o preferentes de la entidad cargue con el peso de su inviabilidad.

No es la solución ideal; la credibilidad del sistema sufre, y el resto de entidades tendrían menos acceso a la financiación (bajo el supuesto, hoy teórico, de que tengan algún acceso) por miedo a que se repitan estas quitas. Esta opción sería viable, dado que las entidades con problemas no son dos ni tres, solo en el supuesto en el que el resto del sector aborde un saneamiento creíble. Fusionar los bancos que se pueda y dejar caer a los que no.

El mercado parece barruntar que algo pasa. Mientras los seguros de impago (CDS) de entidades medianas como Popular o Sabadell se han mantenido estables en las últimas semanas, los de Santander y BBVA se han disparado de 260 a 425 puntos en noviembre (ver gráfico). El de Bankia, de 580 a 750. En otras palabras, algo se teme el mercado, y algo se teme para los grandes del sector. Salvo para La Caixa, cuyo CDS se mantiene, según Bloomberg, en el entorno de los 260 puntos.

Aun así, será necesaria la aportación de dinero público, ya sea para aplicar un esquema de protección de activos en las fusiones, para crear un banco malo que subaste los activos de las entidades que caigan o simplemente para cubrir las garantías a los depositantes. Pero mejor poner dinero de una vez para sanear el sistema que ir tapando agujeros cada mes.

Pero esa es otra historia; mientras MAFO, y el ministrable de Economía juegan a las fusiones, Rajoy tendrá que pedir refuerzos. La línea de crédito recién activada por el fondo no parece casual, y la propuesta europea de hoy (eurobonos más intervenciones) abre el camino a la negociación de verdad, que llegará en diciembre. Entramos, en todos los ámbitos, en fase decisiva.

Y, hablando de agujeros bancarios, la música contra la crisis de hoy es Black Hole Sun, Soundgarden, 1994. (No, a mí tampoco me gusta el vídeo)

Sígueme (si quieres) en Twitter: @Nuno_Rodrigo5 o, si no tienes cuenta: twitter.com/nuno_rodrigo5

Archivado En

_
_