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Columna
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El nuevo Gobierno: ahora lo más difícil

Mariano Rajoy, próximo presidente de España, tiene razón al decir que el país no puede contar con milagros. Pero la victoria aplastante del domingo le da al menos la oportunidad de aplicar fuertes reformas. Sin embargo, la situación es complicada, especialmente porque el nuevo Gobierno no tomará posesión justo antes de Navidad. Rajoy debería mantener línea telefónica directa con el BCE.

Rajoy dijo todas las cosas correctas en su discurso de victoria. Las prioridades del Gobierno será rebajar el 21,5% de paro, el déficit presupuestario y el exceso de deuda. Hizo un llamamiento a los españoles para realizar un esfuerzo colectivo, señalando que el país necesita ser parte de la solución y no del problema. Convocará también a los presidentes de las autonomías, presumiblemente para hablar sobre sus excesivos déficits. Ya que el PP gobierna en la mayor parte de ellos, debería ser factible un plan colectivo.

Pero para los mercados, hablar es fácil. Los inversores quieren evidencias de que el nuevo Gobierno puede realmente reconducir las debilidades estructurales del país. El diferencial de los bonos españoles a largo plazo en relación con los alemanes se amplió más de 20 puntos básicos ayer por la mañana. Eso ejerce una presión sobre Rajoy y el país. El nuevo líder puede comenzar antes de asumir el cargo. La reunión prevista con los Gobiernos regionales es un buen comienzo. También debería nombrar al ministro de Economía, una figura crucial. Otra de las prioridades debería ser sentarse con el Banco de España para discutir los próximos pasos en la larga y complicada reestructuración financiera española.

El PP puede tener un poder sin precedentes, pero se enfrenta aún a una tarea enorme. Rajoy se ha comprometido con el objetivo de déficit del 4,4% para 2012 aunque es probable que el país no logre el 6% de este año. Y Rajoy probablemente no tiene suficiente poder para calmar a los inversores, que están en un estado de pánico. Sin ayuda del BCE, un rápida y substancial caída en el rendimiento de los bonos públicos españoles -al 6,5% el lunes por la mañana- realmente sería un milagro.

Por Fiona Maharg-Bravo

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