Europa tiene la llave para devolver la confianza
Los ajustes a nivel nacional serán insuficientes para garantizar la mejora de las condiciones financieras.
España necesita aplicarse al máximo para salir de la crisis pero la llave para bajar la prima de riesgo va más allá del área de influencia nacional. Los ajustes y las reformas estructurales para combatir el déficit o el paro son caminos necesarios en los que deberá embarcar el nuevo Gobierno pero insuficientes por sí solos para frenar el deterioro de las condiciones financieras. La crisis ha traspasado fronteras y ante la magnitud del contagio la única respuesta efectiva vendrá de Europa.
"Un cambio político no es suficiente para resolver los problemas. El mundo todavía está esperando acciones decisivas para frenar el contagio", resume Andrew McLaughlin, economista jefe de Royal Bank of Scotland. "Parece que hemos entrado en los últimos días del euro tal y como lo conocemos. Eso no significa que la ruptura sea muy probable pero sí que actuaciones extraordinarias tienen que ocurrir para impedir el cierre de todos los mercados de deuda soberanos y fugas de depósitos en los principales bancos", explica Credit Suisse.
Los expertos lo dejan claro. La situación actual es insostenible con los costes de financiación de media Europa disparados y Francia al borde de perder la máxima calificación crediticia. ¿Qué opciones quedan?
"En el corto plazo, el problema no lo puede arreglar el BCE o los nuevos gobiernos de Grecia, Italia o España. Los mercados necesitan señales creíbles sobre la forma que tomará la unión fiscal y política mucho antes de que se cambien los tratados", añade Credit Suisse, firma que augura que las presiones del mercado forzarán a Francia y a Alemania a acordar un pacto fiscal mucho antes de lo que "parece posible". "Solo entonces el BCE accederá a proporcionar la financiación necesaria para evitar un colapso sistémico", explican.
El BCE sigue adquiriendo deuda a regañadientes. La semana pasada destinó 7.986 millones, una cifra que pese a aumentar desde los 4.480 de la semana precedente, apenas sirvió para relajar las primas de riesgo de los países en el punto de mira. En total la autoridad monetaria ha gastado 194.500 millones de euros cuando los expertos creen que podría destinar entre 2 y 3 billones sin poner en riesgo la inflación.
Así, el bono español ha escalado al 6,55% pese a estas compras y Credit Suisse teme que llegue al 9% incluso si el PP aplica recortes. Toda una ironía que dejaría al nuevo Gobierno bastante atado si no se relaja la tensión. Y es que a medida que aumentan los costes de financiación y se destina más al pago de intereses se reduce la efectividad de los planes de ajuste, lo que hace necesarios todavía más recortes para equilibrar las cuentas públicas. Una espiral nociva que empeora todavía más al estrangularse el crecimiento.
"Se necesita el compromiso de los periféricos a acometer ajustes pero un respaldo contundente a su deuda, ya sea en Europa por medio del BCE o con el fondo de rescate", explica Jordi Padilla, de Popular Banca Privada. Otra opción son los eurobonos y el debate fiscal tiene tintes de cobrar fuerza esta semana cuando la Comisión Europea presente oficialmente las opciones que barajan. Al final Europa tiene la llave para restablecer la confianza en la unión y dar tiempo a los ajustes presupuestarios en los países más debilitados.