El mercado aguarda un mensaje de austeridad del nuevo Gobierno
Puede que sirva de poco y que la prima de riesgo siga desbocada el lunes, pero los inversores esperan del nuevo Gobierno un rápido mensaje de compromiso para abordar nuevos ajustes. Aun así, reconocen que el verdadero alivio para la deuda española vendrá de una solución a escala europea.
Ese ente abstracto y arrollador que se conoce como los mercados será previsiblemente uno de los destinatarios de las primeras palabras que pronuncie el ganador de las elecciones generales y próximo presidente del Gobierno de España. La imagen que anticipan todas las encuestas para la noche del domingo será la de Mariano Rajoy asomado al balcón de la calle Génova y también al abismo que se ha abierto en la última semana ante la economía española, que afronta unas dificultades para financiarse propias de los tiempos de la peseta, en la prehistoria del euro. La prima de riesgo española ha rozado los 500 puntos básicos y se ha colado de forma urgente en los planes más inmediatos del próximo Gobierno, que deberá acordar con el Gabinete saliente medidas capaces de apaciguar la voracidad de los mercados, aunque solo sea en el más corto plazo.
"Hay expectación entre los inversores por ver qué tipo de anuncios hace el ganador del 20-N. Es importante que los mercados perciban un cambio. Después de todo, si surge una mayoría absoluta del PP habrá un panorama propicio para tomar soluciones de forma menos improvisada que en otros países. Eso es sin duda una oportunidad para España", señalan desde un gran banco español en alusión a Italia.
Sin embargo, ya no hay distancias entre el castigo a Italia y a España. Las respuestas nacionales a una crisis de evidente dimensión europea son seguidas con lupa en el mercado, pero la política local ha quedado en segundo plano y apenas basta para tranquilizar a la deuda soberana durante un par de días. Ya se vio en el caso de Grecia y en el de Italia, donde la caída de Silvio Berlusconi y la creación de un nuevo Gobierno de fuerte perfil técnico liderado por Mario Monti tampoco ha logrado frenar la imparable escalada de la prima de riesgo italiana.
Más ajustes
"Europa no se muestra capaz de resolver el problema. Sería necesario que los países que sí tienen margen de maniobra tiren de los demás. Y a corto plazo, el resultado de las elecciones generales en España no cambiará mucho la situación, aunque se espera del nuevo Gobierno un mensaje tranquilizador", señala Santiago Carbó, catedrático de Economía de la Universidad de Granada. Y ese mensaje no es otro que un firme compromiso con las reformas estructurales y los ajustes que permitan alcanzar el objetivo de déficit que reclama Bruselas. De hecho, la mayoría absoluta que se espera para el Gobierno del Partido Popular dará un amplio margen de maniobra para abordar las medidas, tanto en el ámbito estatal como en el autonómico, donde el PP tiene una incontestable cuota de poder y donde surgen las principales incertidumbres. Para Goldman Sachs, el gran talón de Aquiles de la economía española está en el déficit de sus comunidades autónomas, que pone en peligro el objetivo de alcanzar un 3% de déficit público en 2013.
Para Merrill Lynch, "un nuevo ciclo político es una excelente oportunidad para poner en marcha nuevas medidas de austeridad". Y cita lo sucedido en Reino Unido con la llegada de David Cameron. Advierte en todo caso que no se puede descartar la posibilidad de que España incumpla sus objetivos de déficit ni tampoco la eventual rebaja del rating soberano, lo que impactaría en la prima de riesgo. Apunta incluso que más austeridad puede ser contraproducente para el crecimiento económico y complicar los compromisos de déficit.
Aun así, más allá del nuevo escenario político que deje el 20-N, la economía española estará sujeta a la realidad que imponen los mercados, ahora fuera de control. "Lo que tiene que suceder es que los mercados crean que con la actual apuesta de vender deuda periférica y comprar deuda alemana pierden dinero. Y hasta ahora no lo perciben. El BCE es el único que puede parar esto, aunque no lo hará hasta que no vea una clara voluntad política por resolver el problema de la gobernanza europea", señala un experto.
Salgado sale en defensa de la solvencia de España
La ministra de Economía y vicepresidenta del Gobierno se empleó el viernes a fondo para lanzar un mensaje de tranquilidad con el que intentar frenar el avance de la prima de riesgo. Salgado defendió el compromiso de España con el cumplimiento del objetivo de déficit acordado con Bruselas y también la capacidad del Estado de hacer frente a los pagos de su deuda soberana. La posibilidad de un recate "no está ni en la imaginación del Gobierno", afirmó en rueda de prensa. Y defendió que en 2011 se cumplirá "con comodidad" el objetivo de reducción de déficit público al 6% del PIB.Argumentó que más de la mitad del alza de la prima de riesgo española se debe a la caída de la rentabilidad del bono alemán a 10 años, que se emplea como referencia para el cálculo del diferencial y ha ganado peso como activo refugio. Salgado descartó que el nivel al que cotiza el bono español a ese plazo, que alcanzó esta semana el 7%, ponga en riesgo la sostenibilidad de la deuda soberana española. Así, recordó que el coste medio de financiación del Estado es inferior al 4% y que el plazo medio de amortización es de 6,7 años, con lo que solo sería justificable la inquietud por la solvencia española si los tipos se mantuvieran en el entorno del 7% por un periodo similar, algo que descartó, más aún a la vista de la "demanda significativa" que existe para la deuda soberana española. La vicepresidenta económica apuntó que el Estado ya ha realizado el 89% de las emisiones de deuda a largo plazo previstas este año.Para Salgado, el problema de la deuda soberana es común al conjunto de la zona euro. "Es un problema de los países, las instituciones y, por supuesto, de la política europea", afirmó.
La cifra
441 puntos básicos es el nivel al que quedó la prima de riesgo española el viernes, punto de partida para el próximo Gobierno.