Siguiendo los pasos de la civilización romana
Ir por la calle y al doblar la esquina encontrar un antiguo templo romano, el templo de Diana, es solo algunas de las maravillas que deparan al turista en su paseo por las intrincadas calles de la antigua Emerita Augusta, ahora capital de Extremadura.
En cada rincón existe algún resto que evoca el pasado glorioso de una ciudad que esconde en su interior numerosos tesoros arquitectónicos aún por descubrir. De hecho, muchas voces populares cuentan que durante los procesos de reformas de locales y viviendas es habitual hallar restos que son escondidos por los habitantes para evitar que se paralicen las obras. Sin embargo, las grandes joyas de la corona están expuestas a la vista de todos. Su conjunto arqueológico formado por el teatro, el anfiteatro, el circo, el acueducto de los Milagros y el foro romano fueron declarados por la UNESCO patrimonio de la humanidad en 1993.
Pero estos no son los únicos tesoros que alberga Mérida. A lo largo de sus calles repletas de nombres que rememoran a la antigua civilización romana es habitual encontrar mercadillos medievales en donde los comerciantes venden productos artesanos que van desde dulces tradicionales hasta velas aromáticas con las que ambientar los hogares.
Los amantes de la gastronomía podrán deleitarse con los manjares de esta tierra de entre los que destaca la exquisita selección de ibéricos y su famosa torta del casar.