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Actualidad

Salud ambiental, la gran olvidada de la sanidad española

Unas 20.000 muertes prematuras al año es la factura que paga España por la contaminación del aire.

El que escupe al cielo le cae encima. Y nunca mejor dicho. La contaminación del aire, el uso y vertido de sustancias químicas al ambiente, los residuos y ahora la irrupción de la nanotecnología o los cada vez más frecuentes campos electromagnéticos, debido al uso masivo de dispositivos como el móvil, han comenzado a ser foco de multitud de estudios, que están demostrando que la salud depende cada vez más del ambiente. Un ambiente que, mal que nos pese, termina por devolver todo lo que se le da.

En España, la contaminación del aire se ha convertido en uno de los principales problemas de salud pública, por delante de otros países europeos, provocando casi unas 20.000 muertes prematuras cada año, según recoge un informe de la organización Ecologistas en Acción. El precio que hay que pagar, además de las muertes, no es tampoco peccata minuta. Más de 16.000 millones de euros estimó el Observatorio de la Sostenibilidad que le costó a España la contaminación atmosférica en 2007. Y es que ya es una evidencia que muchas enfermedades del aparato respiratorio, como el asma, la bronquitis o neumonía; alergias; enfermedades cardiovasculares, como el ictus, embolias o infartos, e incluso el cáncer, están en muchos casos directamente vinculadas a la contaminación, señala José María Ordóñez, presidente de la Sociedad Española de Sanidad Ambiental (SESA).

El cerio es solo una de las sustancias químicas que tiene mayor presencia en España que en otros países europeos a causa de la contaminación de los coches. Según un estudio hecho por la Unidad de Elementos Traza del Servicio de Análisis Clínicos y el Servicio de Ginecología del Hospital Clínico San Carlos junto al Centro Alemán de Investigación de Salud Ambiental, las mujeres madrileñas cuentan con un nivel de cerio en la sangre mucho mayor que las mujeres de Múnich (Alemania). Este informe surgió de la preocupación de las autoridades alemanas por comprobar si se habían producido transferencias de cerio y cesio en la leche materna a los niños cercanos a Chernobil.

Según Montserrat González Estecha, una de las responsables del estudio, este viene a demostrar que España tiene serios problemas sanitarios a causa de la contaminación. La fibrosis endomiocárdica y el infarto de miocardio son algunas de las patologías asociadas a este contaminante, cuya principal aplicación está en los coches, como componente importante de los catalizadores y aditivo del diésel.

El plomo y el cadmio son otros tóxicos también muy presentes en España que, a juicio de Estecha, requerirían un control ambiental y biomonitorización, al menos en la población más vulnerable (niños, ancianos, embarazadas...).

Aunque se ha reducido mucho la concentración de plomo en la sangre de los españoles desde que se eliminó de las gasolinas (2001), aún es un problema, al permanecer en los suelos, sobre todo de las áreas urbanas. Ahora, "incluso concentraciones reducidas en la sangre" se pueden asociar al déficit intelectual y de atención, los trastornos de audición y lenguaje, en los niños, y al riesgo cardiovascular y deterioro cognitivo, en adultos. En un estudio promovido por la Sociedad Española de Bioquímica Clínica y Patología Molecular (SEQC) junto a SESA, se determinó que en España la presencia de plomo era mayor en hombres y en mujeres menopáusicas que en el resto.

Por su parte, el cadmio, también debería estar controlado, ya que es responsable de algunas enfermedades del riñón o de la hipertensión. Mariscos, vegetales o el tabaco son las principales fuentes de exposición a este tóxico que, además, se transfiere a través de la leche materna.

Pros y contras de las 'nano' y el móvil

El uso de nuevos materiales o dispositivos, como el móvil o la nanotecnología, también se encuentra en una especie de cuarentena por parte de la comunidad científica. Aunque de momento no hay ningún estudio epidemiológico concluyente que haya determinado los daños que causan en la salud, existen dudas razonables que están alimentando la controversia.Para curarse en salud, la OMS, a través de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer, ha decidido clasificar los campos electromagnéticos que desprenden los móviles como "posibles cancerígenos" (que es menos que probable), a tenor de algunos estudios experimentales con las células. Y es que según señala María Ángeles Trillo, investigadora del Hospital Ramón y Cajal, "la exposición de las células a las señales del móvil, de forma aislada, desencadena una respuesta intracelular que puede modificar la reproducción de ADN".La nanotecnología (pequeñas partículas) también tiene pros y contras. Posee muchas ventajas, incluso médicas (los nanofármacos), pero potencialmente tiene un riesgo tóxico porque es capaz de atravesar las membranas.

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