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Juan José Rodríguez Sendín. Presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos de España

"El médico debe ser sensible y denunciar los recortes"

Pide al PP y al PSOE un pacto de Estado en sanidad tras las elecciones del 20-N. Además, denuncia la falta de información que ofrecen las autonomías sobre la deuda y la distribución de profesionales.

Los médicos tienen mucho que decir tras las elecciones del 20-N, cree Juan José Rodríguez Sendín, el presidente de la Organización Médica Colegial, que agrupa a los colegios profesionales. Este médico salmantino con plaza en Toledo lleva desde 2009 en el cargo y se ha convertido en una voz crítica ante lo que define como una falta de planificación en el Sistema Nacional de Salud.

¿Los recortes han afectado a la calidad asistencial?

Esperamos que no. Pero me preocupa. Los médicos son más sensibles que los políticos a la calidad del sistema, porque nosotros somos los que estamos delante del paciente. El que da la cara es el profesional. Ha habido recortes, pero todavía no tenemos datos. Están aumentando las listas de espera y eso ya es una pérdida de calidad gordísima. Vamos a dejar que pasen las elecciones para conocer la verdad, que no la conocemos. No sabemos qué se adeuda o las listas de espera reales. Pero me temo que sí está afectando.

¿Qué pueden hacer ante esos recortes?

El médico puede hacer muchas cosas. Puede ser consciente de los déficits que vayan surgiendo, comunicarlo a su colegio para acumular datos y con ellos hacer denuncias como consecuencia de unos recortes que nosotros no hemos generado. El médico debe ser sensible, denunciar los recortes y resistir.

¿Teme que haya más recortes en las comunidades?

Quienes tienen que decirlo son los políticos, para ver si han mentido. No sabemos la verdad del déficit, a quién se le debe ni la cantidad. Además, cada año se hacen presupuestos deficitarios. Deben decir de verdad cuál es la necesidad real de financiación del sistema.

¿Qué cambios deben producirse después de las elecciones?

Son varias las medidas. Primero, una aproximación a la realidad de cada comunidad. Y es imposible avanzar en un asunto tan delicado sin que los dos grandes partidos se pongan de acuerdo. El sistema de salud debe ser sagrado. Después, necesitamos saber lo que se debe y lo que se necesita. Decidir qué servicios comunes son necesarios y que sean iguales en todo el sistema público. Además, que las partidas sanitarias sean finalistas, para que no se vayan a otros sitios ni ningún político tenga la tentación de hacer recortes injustificados. Las compras deben ser comunes, en economías de escala.

También se debe valorar qué tecnologías se incorporan al sistema público, tanto medicamentos como aparatología, y los resultados sobre su eficiencia los debe medir una misma agencia independiente. Tampoco hay una historia clínica digital común. Es sorprendente que yo en América pueda sacar dinero en un cajero con una tarjeta de la Caja Rural de Castilla-La Mancha y si me pongo enfermo en otra comunidad no tengan mi historial. Las decisiones de política sanitaria del consejo territorial -donde están todas las autonomías- también deben ser obligatorias. No puede ser que por razones políticas cada comunidad haga lo que quiera.

¿Algunos de los grandes partidos se acerca a estas propuestas?

Sí, en época de elecciones, prometen hasta hartarse. Ahora se ha acercado mucho Ana Pastor, del PP. Esperemos que se desarrolle su ley de 2003 -de ordenación de las profesiones sanitarias-, donde se incorporan cuestiones que no tienen que ver con la ideología. Solo con sentido común.

¿Teme que algunas regiones introduzcan el copago tras el 20-N?

Tanto PP como PSOE dicen en su programa que no lo harán. En este tema, hay unas grandes inexactitudes. El copago, en todos los países donde se ha utilizado, aumenta el gasto global sanitario. En todos, sin excepción. Segundo, aquí en farmacia también lo tenemos y es injusto, porque pagan más muchos de los que tienen menos. Lo único que se consigue es regular en función del dinero que se tenga y el dinero que se quiera gastar según el miedo a la enfermedad. El que no tiene recursos, no va al médico. Eso no es una solución, porque tal vez es el que está más necesitado. Me parece un gran disparate. Es insolidario. El que quiera que se vaya a la privada.

¿El sistema necesita más dinero?

Seguramente no. Hay un espacio de mejoras con eficiencia. Hasta ahora pagábamos 3.000 millones de euros más en farmacia. Por ejemplo, recetar por principio activo es un buen cambio. Los medicamentos son los mismos, la mayoría los fabrican las mismas empresas que las marcas y los controlan las mismas agencias. No hay laboratorios buenos y malos. Eso son leyendas urbanas. Prescribir por marcas es solo un mecanismo de mercado. A los médicos nos enseñaron en la facultad los principios activos, no las marcas. Hay una bolsa de ineficiencia a recuperar. La mayor bolsa de ineficiencia es la de la gestión del sistema, con un modelo caduco.

"Los facultativos se van al extranjero"

La Organización Médica Colegial ha presentado un informe donde se incluye la situación laboral de los facultativos. Por primera vez en años, los colegios profesionales piden que se revise a la baja el númerus clausus, es decir, los alumnos que entran a las facultades de Medicina. "No tiene sentido seguir formando a una cantidad de médicos sabiendo que en los próximos 10 años no va a crecer la población, ni los médicos extranjeros se van a marchar, ni van a aumentar las plazas libres. Hay que planificar año tras año y estar más cerca de las necesidades. El problema es de origen, de mala distribución y planificación, no de falta de médicos. Si seguimos formando nuevos, dentro de no más de diez años tendremos un montón de médicos en el paro", resume Sendín. "Lo que necesitamos es planificación para saber cómo se distribuyen en las 50 especialidades, planificar cuántos hacen falta en cada especialidad, para formarlos y distribuirlos en hospitales y centros de salud donde haya necesidades". De hecho, es muy crítico con el "oscurantismo" de las regiones: "El gran problema es que no existe un modelo de gestión de personal. No sabemos las necesidades que tenemos en cada una de las provincias. Actuamos de oído".Y alerta de que en el último año han aumentado de 600 a 1.000 los facultativos que han solicitado un certificado profesional para trabajar fuera. "Obviamente se van al extranjero a trabajar. No podemos volver a tener paro, es un desperdicio de recursos".

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